La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Calafateando

Pedro Sánchez, rehén de sí mismo

Para entender la postura del secretario general del PSOE, intransigente consigo mismo, basta entender primero las claves que se manejan. No se esfuercen mis amigos tampoco en buscarle la lógica, esa que nos sirve para tantas cosas buenas y prácticas. En política se dice muchas veces que dos y dos no son cuatro; teniendo esto en cuenta empezarán comprendiendo por qué los encargados de negociar los pactos en nombre de Sánchez usaban dos habitaciones: en una sentados con Podemos y en la otra con Ciudadanos. Con éstos, casi llegado el acuerdo, mareaban la perdiz con los de Iglesias. Curiosamente a los socialistas les pareció mal que, desde que se les dijo lo del acuerdo cerrado con Rivera, se levantaran de la mesa casi sin empezar a hablar, circunstancia que arrojaron a la cara de Podemos y sus confluencias como un mantra envenenado.

Otro mantra manejado en forma de estilete fue de qué manera explicaba Podemos a sus votantes que no apoyando a Sánchez para presidente perpetuaban el gobierno de Rajoy. Los hacían directa y únicamente responsables de no llegar a un acuerdo, en el que por la cara bonita, Pedro Sánchez tenía que ser el presidente del Gobierno junto con Albert Rivera de vicepresidente (pormenor nunca comentado, pero que suponíamos de pura lógica). Vino a decir con claridad "ustedes la izquierda populista y de barricadas, denme sus votos, y lo único que deben hacer es estar quietitos como niños buenos en los escaños de la oposición". En su delirio caudillista, Sánchez nunca pensó en cómo justificaba Podemos a sus votantes que esos votos iban a servir para provocar un gobierno de derechas. Sí, han leído bien, porque Ciudadanos es la "joven derecha" y el PSOE actual una derecha civilizada, pues a la vista está que hace tiempo este partido abandonó a la clase obrera y a los más vulnerables ante la crisis. Para muestra, el más carismático de ese partido: Felipe González, metamorfoseado a otra ideología después de haberse convertido en un burgués bastante adinerado, y cuando se parte la cara defendiendo a un multimillonario por sus "virtudes emprendedoras", éste con cuentas de dinero negro en Panamá, como también las tuvo la actual esposa de aquél.

Personajes como González junto con barones del partido, son los que tienen maniatado desde el primer minuto a Pedro Sánchez. Su futuro se le presenta tan crudo que consiste todo en llegar a presidir el próximo Gobierno. Para él su situación pende de un hilo si no lo consigue, lo que parece una encerrona bien urdida por sus "queridos" compañeros, con pocas posibilidades de salir con vida. De ahí su desesperación y que sea rehén de sí mismo. Culpabiliza a Iglesias de que no apoyándolo a él, Rajoy continúe. Curioso porque Sánchez ahora hace lo mismo cuando no quiere ir junto a Unidos Podemos para arrebatarle la mayoría absoluta al PP en el Senado, cosa que consigue con tan solo el 28% de los votos. Todos estamos de acuerdo en que el actual Senado sirve para muy poco; en lo único que sí tiene mando en plaza es en el veto y bloqueo a leyes, que es lo que hace con su mayoría absoluta (60% de la Cámara): vetar cualquier iniciativa para la reforma electoral. Con ello el Partido Popular le tiene echado el cerrojo a la actual antidemocrática Ley. Esto de reformarla debe preocuparle bien poco al Partido Socialista porque su dinámica está en la misma órbita que la de los populares. La actual ley gusta, así que no la toquen, porque propicia el bipartidismo, que es lo de ellos. Poco les importa que sea tan injusta y tan poco democrática porque sirve de lleno a sus propios intereses de partido. Como en Canarias, donde CC está en la misma tesitura. Ley electoral nuestra que ya tuvo una primera y única revisión, pero con un único objetivo: blindarse (mejor diremos bunkerizarse) los insulares-nacionalistas. Y en cuanto a la prepotencia de CC, ¿qué decir que no hayamos comentado más de una vez en estas columnas calafateadas? Se sienten los dueños y señores feudales de esta Comunidad. Tratan, superiores, a populares y socialistas como clínex: se limpian con ellos y luego los tiran a la basura. Analicen, si no, el caso de La Laguna y el "atropellado" y sacrificado por el pacto, el socialista Javier Abreu.

Compartir el artículo

stats