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Música Sociedad Filarmónica

Un reto admirable de Alemán y Castillo

Es muy difícil no emocionarse con las Cuatro últimas canciones de Richard Strauss en su forma original para soprano y gran orquesta. Lo insólito es que ocurra lo mismo en la transcripción para violonchelo y piano ofrecida por Juan Pablo Alemán y José Luis Castillo. Somos legión los que quisiéramos escucharlas cuando nos llegue la hora. Marcan la cumbre del lied romántico evocando insuperablemente la belleza de la Tierra, la plenitud de la vida, la esencia del amor y la espera de la muerte en serena paz consigo mismo y con el mundo. El reto de la transcripción, especialmente peligroso como reconoció el pianista cuando, muy oportunamente, leyó los poemas que inspiraron las cuatro obras maestras, quedó superado con una interpretación admirable. Cierto que los timbres, los colores y las notas alongadas de la orquesta no son posibles en el piano, pero Castillo encuentra en la suprema melodía y en la personalísima modulación armónica los caminos expresivos que llevan a la íntima cantabilidad del chelo de Alemán. Creo que en la ovación final desahogamos todos algo más que complacencia.

Llegamos a esa atmósfera emocional muy bien preparados por dos Homenajes de la gran Laura Vega. Al igual que en los precedentes de su catálogo, deslizan una rápida cita de los autores influyentes en su biografía estética. El primero, de traza libre muy actual, desarrolla una idea en crescendi turbulentos, de formidable dramatismo. En el segundo. De un lejano amor, vuelve la mirada hacia el liederismo straussiano con la bellísima melodía que le inspiran unos versos de Tomás Morales. Perfecta lectura del dúo, conocedor a fondo de la compositora.

José Luis Castillo suele construir sus programas sobre un eje concreto. En este caso fueron canciones vocales prestadas al violonchelo. El bloque inicial, con seis lieder de Brahms no muy frecuentados o muy populares (como la Canción de cuna o Liebestreu) probó sobradamente la idoneidad de la mímesis. No en vano es el chelo el instrumento mas parecido a la voz humana, refinado y elocuente en el trabajo de Alemán y el de un pianista tan culto como creativo a solo, en camara o lied.

De Schumann fue la única obra escrita para los dos instrumentos: las seis Canciones populares Op.102, plásticamente caracterizadas en el recorrido de lo lírico a lo dramático y caballeresco.

En resumen: concierto singular, emotivo, sorprendente en gran medida y ejecutado por dos espléndidos artistas grancanarios. Ojalá que lo repitan.

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