El deseo de conocer lo que no se sabe es lo que ha movido entre otras cosas al mundo desde que existe. Los seres que aquí vivimos experimentamos en mayor o menor medida esa especie de cosquilleo o de emoción que nos impulsa a crear, experimenta o vivir nuevas experiencias. Estas experiencias, a pesar del esfuerzo, alimentarán nuestras almas, podrán servir de espejo, de sendero o de luz a otros seres provocando ese milagro de alcanzar algo que trascienda por años y siglos.

Esa energía de la curiosidad es muy poderosa, con infinitas formas y, si se utiliza con buenos fines, el progreso en el mundo y en la vida de quien la use está asegurado. Miguel fue uno de esos seres con curiosidad exacerbada y con la valentía de vivir curiosamente.

Yo siempre dije que a Miguel habría que hacerle un monumento porque en mi caso y en el caso de más de 8.000 personas nos ha hecho comprender que la gente es gente, que somos hermanos e iguales en importancia, que hay cultura, que tenemos un pasado y que hay que respetarlo y comprenderlo.

Casualidades de la vida ayer mi hijo de 10 años me dijo que no quería vivir experiencias nuevas al no querer ir a unas nuevas clases, como padre le quiero explicar el legado que Miguel me dejó. Conocer a nuevas personas buenas inspiradoras te dan el suficiente coraje para creer y despertar nuestras consciencias aletargadas para ser una persona más "llena".

En un mundo de acomodo en que casi todo lo tenemos al alcance de la mano o ya ni eso, al alcance de una pulsación en un vidrio, permítanme que abogue por rescatar el misterio que la tecnología nos está arrebatando, por despertar de lo común,y por vivir con una actitud curiosa nuestra vida ya de por sí imprevisible aunque a veces no nos demos cuenta.

La curiosidad en este caso no mató al gato? Gracias Miguel! Seguro que seguirás explorando nuevos mundos infinitos donde estés.