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Opinión

Aymedeyacoán y los pactos de Catalayud

Qué se conmemora el 30 de mayo, Día de Canarias? Sabemos que en dicho día del año 1481 tiene lugar en la corte de Catalayud ante los Reyes Católicos la firma de un pacto por parte de una legación canaria al mando de un guadarteme de Telde cuyo nombre ha quedado en el anonimato pero que Rumeu de Armas no duda en identificar con Aymedeyacoán, cosa que compartimos.

Existe una gran confusión en las crónicas acerca de este personaje. Las certezas se sitúan en que este prócer indígena era hermano del rey Ventagao de Telde y primo del rey Egonayga de Gáldar, tal y como se precisa en la Información de nobleza de doña Luisa de Betancor. Se señala igualmente como certidumbre que tuvo por hijos, con una esposa nativa cuyo nombre desconocemos, a Tenesoya y al guayre Autindana.

Reconociendo que nos falta en algún punto respaldo documental, nos atrevemos a dibujar un cuadro algo más amplio de este importante personaje de la familia real indígena de la isla de Canaria. Tras la muerte de su hermano Ventagao (parece que de modorra, es decir de una epidemia que causó estragos solo entre la población indígena) Aymedeyacoán pasó, de ser el faycán de Telde, a ser el guadarteme de dicho reino, probablemente después de haber desposado a su cuñada por ser ella, la reina, la que podía legitimar su nueva posición. Actuando como tal guadarteme y abrumado por las penurias de su pueblo (la epidemia citada y las hambrunas derivadas de las tácticas de tierra quemada de los invasores: destrucción de cosechas, asalto a los silos colectivos, tala de higueras y palmas, etc.) Aymedeyacoán se ve obligado a entablar paces con el capitán castellano Pedro de Vera quien, en la primavera de 1481, lo envía a la Península, en compañía de seis guayres, para rendir pleitesía a los reyes que más tarde serán llamados Católicos.

El viaje hasta Calatayud donde se encontraban en aquel momento los reyes tuvo lugar efectivamente en mayo de 1481 y precisas noticias del mismo nos aportan Las Cuentas de la conquista, artículo que publicó en el Anuario de Estudios Atlánticos el profesor Miguel Ángel Ladero Quesada. Para documentar el recorrido que hace la legación canaria desde Sevilla hasta Calatayud comentamos el epígrafe 1.3.5.7 de dicho artículo titulado "Gastos ocasionados por el viaje de Guadarteme cuando vino a prestar obediencia a los Reyes en Calatayud en 1481":

Se recogen en dichas cuentas los gastos de mantenimiento durante los nueve días que duró la travesía de ida y otras cantidades que se invierten en compra de indumentaria y armas (capuchas, borceguíes, zapatos, azagayas) para los siete viajeros, un guadarteme y seis caballeros canarios.

Ladero en determinada partida transcribe lo siguiente: "Que gastó en el mantenimiento del dicho Guadalterme e su compañera?"; sin embargo, Celso Martínez de Guzmán corregirá más tarde a mi viejo profesor de la Universidad de La Laguna precisando que donde Ladero lee "su compañera" debe leerse "su compaña". Coincidimos en esta ocasión con Celso pues todo el tiempo se cita en las "Cuentas?" a un guadarteme y a seis caballeros canarios y para nada se citan los gastos propios de una mujer acompañante con la excepción de una esclava.

También se reseñan gastos en la compra de una albarda y de forraje para las bestias que llevaban, además de ropas y mantenimiento para algunos esclavos que el contino Miguel de Mujica enviaba como presente para los Reyes en la misma expedición en la que iban los canarios, entre ellos, como dijimos, una esclava en la que se invierte cierta cantidad de maravedíes para comprarle un albanega, es decir, una especie de cofia.

Se cita también en el viaje de ida el pago "a un solano del dicho Michel que fue con los dichos canarios para su costa". Miguel Santiago piensa que el término solano puede referirse a un cargo de confianza de Miguel de Mujica que acompaña a la legación canaria desde su partida. Nosotros pensamos que el término puede estar referido no al cargo sino sencillamente al apellido de dicho guía.

Hay constancia de que a 30 de mayo de 1481 los Reyes Católicos confirman el pacto alcanzado por el cual se garantizaba, entre otros asuntos que extrañamente no se han dado nunca a conocer, que los indígenas de paces de Gran Canaria gozarían de libertad personal y de residencia. Extractamos a continuación dicho documento que puede ser consultado íntegramente en la obra magna de Manuel Lobo La conquista de Gran Canaria:

"Don Fernando y doña Isabel?Sepades que al tiempo que los guanartemes o caballeros y otras personas del común de la gran caballería, después de ser por la gracia de Dios reducidos y convertidos a nuestra santa fe católica nos enviaron a dar y prestar obediencia y fidelidad y nos reconocieron por su rey y reina y señores naturales?y fueron por su parte ante Nos presentados ciertos capítulos por escrito, entre los cuales se contiene un capítulo con una respuesta el tenor de la cual es este que se sigue: Ítem por cuanto los dichos canarios no podrían vivir sin venir a vuestros reinos de Castilla y León a mercar y llevar algunos bastimentos y otras cosas para la isla de Gran Canaria, suplican a Vuestra Alteza que ahora y en todo tiempo y de aquí en adelante puedan los de dicha isla andar como cristianos, pues lo son, libremente por todas partes y lugares de los dichos reinos, do quisieren, y que por ellos ser canarios no sea persona alguna osada de los cautivar. A esto respondemos que lo que piden por este capítulo es justo y que así lo mandaremos hacer dando nuestras cartas y provisiones para ello como lo piden".

Con posterioridad a este encuentro ciertamente memorable se produce el viaje de vuelta. En Las cuentas de la conquista de Gran Canaria del profesor Ladero que estamos comentando se recogen los gastos de mantenimiento de los doce días que duró la travesía de retorno y otros gastos de alojamiento en posadas y alimentos para el camino, como bizcocho, vinagre, aceite y un cuarto de vaca. Termina el documento reseñando los pagos del flete de un barco en que los expedicionarios fueron llevados hasta Santa María del Puerto, se sobreentiende que desde Sevilla, por vía fluvial.

¿Qué fue de los expedicionarios tras la firma del pacto?

Tenemos la convicción de que el guadarteme teldense, por orden del gobernador Pedro de Vera, fue apresado en el puerto de Santa María cuando se aprestaba junto con los seis guayres de su reino a volver en barco a su tierra y, conducido hasta Arcos, va a permanecer allí largo tiempo cautivo. Nos apoyamos para hacer esta aseveración en el profesor Miguel Santiago y en su valioso artículo sobre Los viajes del Guanarteme? en el que Santiago señala que pudiera tener relación con los hechos comentados un documento fechado en Córdoba el 5 de julio de 1483 por el que los Reyes Católicos decretan la inmediata libertad del canario Juan de Tenri en razón de que -dice literalmente la cédula- "puede haber tres años poco más o menos, que vos de vuestra voluntad os tornasteis cristiano y que me vinisteis a estos mis reinos, por lo cual sois horro de toda cautividad; y que del dicho tiempo a esta parte Pedro de Vera, vecino de la villa de Arcos, os ha tenido por fuerza por esclavo".

Creemos firmemente que Miguel Santiago no andaba errado y que el tal Juan de Tenri (Telde) puede ser el mismo guadarteme que estuvo en la Corte de Calatayud al frente de la delegación de su reino. Presumimos que Pedro de Vera, o alguno de sus hijos, pudo ordenar su apresamiento antes de que partieran de vuelta a la isla cuando son informados del pacto alcanzado en Calatayud por el cual, entre otros acuerdos que aún no han sido divulgados, los indígenas canarios de paces obtuvieron la libertad de tránsito y la garantía de no ser esclavizados. Durante más de dos años, precisamente hasta mediados de 1483 cuando finaliza la guerra de conquista, Aymedeyacoán, el que fuera rey de Telde, va a permanecer encerrado en una casona en Arcos de la Frontera que es propiedad de los Vera por no convenir su libertad a los intereses del gobernador, muy probablemente porque este precisa mantener la venta de esclavos indígenas para sanear su maltrecha hacienda y la de sus socios debido a la duración y tropiezos de la guerra.

Recapitulación sobre la fecha elegida

A la vista de lo planteado, creemos que la fecha adoptada para conmemorar el día de Canarias no puede ser más desafortunada pues se alcanzan en ella unos pactos que fueron alevosamente incumplidos al poco de ser firmados hasta el punto de que el guadarteme firmante fue apresado y encerrado entre rejas hasta el final de la guerra. De este modo la contienda duró dos años más y los castellanos, incapaces de expulsar a los canarios del bando de guerra de sus fortalezas de piedra en las montañas, hubieron de tramar otra iniquidad como fue el rapto de la guayarmina Abenchara, la reina de Canaria y esposa de Tenesor Semidán, forzando con ello la colaboración del guadarteme de Gáldar lo que iba a dar lugar poco tiempo después, en abril de 1483, a la definitiva capitulación de la isla.

Si hubiera algún día un nuevo periodo constituyente del país canario, bien como profundización de su autonomía en el marco de la constitución actual o bien con la redacción de un nuevo estatuto en el marco de una constitución federal o condeferal, mi propuesta para el debate sería otra bien distinta y necesariamente pancanaria, es decir, no circunscrita a hechos de la historia de una sola isla sino del conjunto del archipiélago. Porque hay que decir que tanto el pacto de Calatayud de mayo de 1481, con Aymedeyacoán al frente, como el de Córdoba de agosto de 1482, con Tenesor al frente, fueron pactos ignominiosos para la mayoría de la población indígena, los llamados trasquilados, que, desterrados en masa, siguieron sufriendo sojuzgamiento en manos de nuevos señores. Ciertamente ha de saberse que este último pacto benefició tan solo a la nobleza indígena algunos de cuyos miembros lograron mantenerse en su tierra (tan solo 40 familias), siendo obligados en su mayor parte a abandonar la isla y a tomar parte como soldados de fortuna en distintas campañas militares del ejército castellano, primero en la conquista de Granada, más tarde en la represión de La Gomera y en la conquista de las islas de La Palma y de Tenerife y finalmente en acciones en Berbería donde muchos cayeron.

De ahí que si se quisiera encontrar una fecha conmemorativa distinta que dignifique la historia de Canarias, propongo que acudamos a un hito que pueda ser compartido por todas las islas. Este pudiera ser el 26 de julio, día en que se decide la creación de la catedral de las islas de Canaria y que coincide con el del cumplimiento efectivo de la capitulación de Gran Canaria, pactada en Ansite unos meses antes, cuando, recogidas las cosechas, es llevada en procesión hasta las puertas del Real de Las Palmas la reina niña, Arminda Masequera, como símbolo de la soberanía canaria.

El siguiente fragmento de la obra de Marín de Cubas Historia de las siete islas de Canaria es muy clarificador acerca de la coincidencia de ambas efemérides:

"Habiendo en Lanzarote muerto Diego de Herrera señor de las cuatro primeras conquistadas el año 1485 a los fines de junio, dejando en Canaria el obispo don Juan de Frías las cosas de su cuidado en buen estado encomendadas, se pasó a España donde se trató de la fábrica de la catedral de Canaria sobre lo que hubo junta en la catedral de Sevilla tratando de sus prebendas y dignidades y que fuese sufragánea suya, mudándose el obispado de San Marcial de Rubicón en el de Señora Santa Ana, día en que fue entregada a los reyes de Castilla la señora de la isla de Canaria, hija del Guadarteme legítimo rey, hízose este cabildo, confirmado en 20 de noviembre por el Papa Inocencio VIII con patronato a los reyes de Castilla?"

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