La Provincia - Diario de Las Palmas

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Zigurat

Esperpentos

Están los medios de comunicación repletos de encuestas sobre la intención de voto para las próximas elecciones. Están los políticos y aspirantes de un lado a otro aunque no haya empezado la carrera. Están viajando a Latinoamérica a solucionar problemas que nada tienen que ver con la realidad de este país, a no ser que sigan empeñados en que todos tenemos que pensar igual, regirnos por el mismo sistema político y salvaguardar los derechos humanos. Están saltando en un pie por la nueva hornada de votantes que cumplen 18 años a ver si los traen para su pie. Y dentro de muy poco la nada edificante campaña con los carteles -o cárteles- en las medianas de las carreteras, en las farolas de alumbrado público y en todo aquel lugar que sea visible para el confuso ciudadano.

Mas parece país de otra realidad, populista, demagogo, hortera, con toda esa cartelería que nos sitúa en regiones donde parecemos analfabetos funcionales, sin saber para dónde tirar y sin conocer a los postulantes que nos miran desde el photoshop pidiendo tu voto. Las páginas de los periódicos siguen con las cifras de miles de personas en el umbral de la pobreza, y así que pasen cien años, dirá alguno, porque desde que empezó el infierno de la crisis, hace ocho años, todavía no se ve solución al problema. Y con tanta desgracia ajena, no se han puesto de acuerdo ni en la cantidad de dinero que hay que gastar en campaña ni en los debates ni en las listas, pues en solo tres meses han cambiado tanto de nombre y lugar que cuesta seguir el procedimiento de sustituciones.

Mientras, los papeles de Panamá siguen llegando a las redacciones de todos los medios del mundo, que han querido sumarse a este frente que deja al descubierto el latrocinio de muchos políticos y empresarios, tantos que es rara la persona que no conoce a alguno de los que aparecen en los listados.

La vergüenza es tan grande que aún creen que su dinero solo está para gastárselo en bienes, y que en un arrebato de neoliberalismo, no tienen porque estar pagando con sus impuestos -los que no tributan aquí- las pensiones de unos, el desempleo de otros, la marginalidad de muchos o la sanidad y educación de todos. Y aún creen que los que crean riqueza son ellos solos sin contar con el factor humano que también paga impuestos y consolida el tejido social. A estos que creen que solo estén en el mundo para disfrutar habría que decirles que frente a ellos como trabajadores, como personas están los que mantienen el ritmo de vida que estos inmorales llevan o traen.

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