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La que se avecina

Trump, la 'brexitosis' y la muerte

Trump tras trepidantes triunfos trae tristeza. En USA nadie es muy feliz con él, y en el resto del mundo es impopular entre los líderes (salvo Putin, cuyo piropo/elogio haya sido quizá una ironía). Amenazando con apartar de, y dificultar la relación de USA con, sus aliados y amigos, como Japón, Corea, y hasta la misma Europa, Trump sería un líder divisivo, torpe y peligroso, no un unificador como debe ser el jefe de la primera potencia mundial.

Paralelamente, en Europa, con el inminente referéndum del Brexit tenemos al Reino Unido enfermo de Brexitosis, mal contagioso que puede metastasear en Frexitosis -el Frexit de Francia-, Ostexitosis -el Ostexit de Austria (Österreich)- y demás. ¡Y adiós UE!

En Europa hay una tendencia a la desmembración de países entre si y también dentro de ellos, como Cataluña-España, Escocia-RU, etc.

Freud decía

Freud decía que tenemos un "instinto de vida, o Eros" y un "instinto de muerte o Tánatos" (respectivamente los dioses griegos del amor y de la muerte). Describía -más o menos, juego de memoria- al Eros como la tendencia a unirse formando entidades mayores y más complejas y al Tánatos como lo opuesto: la tendencia a desunirse, desmembrarse, dividirse y morir. Y que la lucha entre esos dos instintos condicionaba nuestra vida.

Don Sigmund se refería al ser humano, al individuo (supongo que también a los animales). Pero podemos intentar una trasposición de lo suyo a nuestra Europa actual; y parece claro que aquí la lucha estaría entablada entre el Eros de la UE -su ir a una unión cada vez mayor-, y el Tánatos de su desunión, de su destrucción.

¿Por qué ahora?

¿Pero por qué surge, o se agudiza precisamente ahora ese Tánatos, esa tendencia a la desunión, a la muerte?

La respuesta es simple -y famosa-: es la que dio James Carville, estratega de Clinton en la campaña de 1992: "Es la economía, estúpido".

Si las arcas estuvieran llenas de dinero y el empleo a tope nadie querría salir de la Unión Europea, ni por asomo. Y dudo que los catalanes estuvieran tentados de irse de una España rica y boyante, o los escoceses -famosos tacaños- de un Reino Unido opulento, ubérrimo.

Habría entonces que ajustar, adaptar al presente el dictum de Carville y decir: "Es la austeridad, estúpido... está matando la economía, y a Europa, estúpido, estúpido de nuevo".

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