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Con voz propia

La repesca del 26J

Existe una obra de teatro del absurdo, La Lección, que fue escrita por Eugene Ionesco en 1960, donde se narra una peculiar clase particular impartida a una joven por parte de un depravado maestro. La clase no es más que una excusa para que el verdadero "monstruo" que es el profesor termine dando rienda suelta a sus más bajos instintos y asesine a la alumna, bajo la complicidad impasible de su criada, que con grandes lamentaciones ayuda a esconder el cuerpo quejándose por el despropósito que no sabe evitar. O tal vez no quiera?

Valga esta alusión dramática para describir el circo mediático que la pre-campaña de las generales nos exhibe impunemente en estas fechas, desviando nuestra atención con esteladas y Venezuelas para que no podamos ver la difícil situación política y, sobre todo económica que tenemos en casa, que no se ha resuelto y que sigue sin resolverse y que se ha convertido en nuestro cadáver en el armario. Más allá de estos dos conceptos, economía y política, es preocupante la ausencia de discurso social y de futuro en la mayoría de los candidatos. ¿Qué va a pasar con nuestra sociedad, cada vez más desigual, en los próximos cuatro años? ¿Seguirán gobernando los adalides de la corrupción, quienes revestidos de patriotas se lucraron ilícitamente mientras nos aplicaban el tijeretazo a nosotros, víctimas inmerecidas, como la desdichada alumna de La lección?

Se puede pretender seguir obviando el déficit que el próximo gobierno deberá asumir en los próximos meses y que la impasible Europa nos va a exigir ajustar, irremediablemente. Pero por más Venezuela y esteladas que nos intenten vender, no hay más cera que la que arde, y fingir ante los votantes que no existe el mencionado déficit y que ha habido desaceleración económica no impedirán que el próximo gobierno, sea del color que sea, deba afrontar la cruda realidad que se traducirá en ajustes y recortes. En una sociedad tan diversa como polarizada, heredera infame de ideologías caducas, si no exigimos que se atienda lo verdaderamente importante para todos y votamos responsablemente el próximo 26 de junio, estaremos corriendo el riesgo de convertirnos en espectadores cómplices, mientras aplaudimos como el carabobo ante la atroz escena de la desigualdad constante. Como el público de La Lección, con la misma absurdez con la que nos la narró Ionesco.

¿Seremos los votantes como la criada aquella y participaremos consentidores de la realidad paralela en la que se ha instalado Rajoy y el actual gobierno de las mil tramas? De nosotros depende que aprendamos esta vez la lección y pasemos la repesca del 26J, para que el futuro no nos depare cadáveres en los armarios, sino una sociedad más justa y transparente.

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