Las razones por las que Aíto García Reneses abandona el Herbalife Gran Canaria, ahora mismo, son un tema secundario. El propio técnico reconoció ayer, en su despedida, que se va porque simplemente se ha acabado un ciclo. Algún día, tal vez, se sepa por qué el entrenador cambió de plan en cuestión de 24 horas. El martes, un gran club europeo sondeó su fichaje y la respuesta que recibió fue clara: seguiría al frente del Granca.
La cuestión, más allá de señalar al personaje que ha torpedeado la continuidad del entrenador al frente del equipo amarillo -que existe, tiene nombre y apellidos, ocupa cargo dentro de la entidad y tiene incontinencia verbal-, es que Aíto García Reneses se va. Y con ese movimiento, el Herbalife pierde al mejor entrenador de España, que no es poco.
La historia, sobre todo la más reciente, recuerda que la entidad está por encima de cualquier nombre -que lo apunte bien uno-. El club no se desmoronó, como algunos vaticinaban, cuando Lisandro Hernández dejó la presidencia y el equipo no se fue al carajo cuando a Pedro Martínez le indicaron la puerta de salida.
El Herbalife, en los dos últimos años, ha disputado dos finales. Pero más allá de eso, sobre todo, ha sido un equipo que te sacaba una sonrisa, un equipo que daba gusto verlo jugar. Se va Aíto, para gloria de alguno, pero pierde el Granca.
