La Provincia - Diario de Las Palmas

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Con otra cara

De los nervios

Hace 36 años ya y me acuerdo como si fuera ayer. En el salón de actos de mi instituto separados por dos asientos a cada lado con una formalidad inusitada y el capuchón del boli mordido de tantos nervios. Y eso que, salvo excepciones como Medicina, no hacía falta una nota excesiva para acceder a muchas carreras. Pensábamos entonces, y por lo visto siguen pensando ahora muchos estudiantes, que los resultados de la Selectividad no reflejaban el trabajo ni los conocimientos de los alumnos sino más bien su capacidad para concentrarse y no subirse por las paredes mientras nos preguntábamos para qué nos iba a servir la alegoría de la caverna de Platón en Ingeniería de Obras Públicas. Los propios profesores eran conscientes de que aquello simplemente era un trámite que había que pasar y que, lo que no hubiéramos aprendido en el bachiller, difícilmente íbamos a aprenderlo en aquellas semanas de estudios maratonianas previas a Selectividad. De hecho, uno de los recuerdos más vivos que tengo de los días de los exámenes es mi profesor de Griego deambulando entre nosotros y soplándonos algunas respuestas de su materia cuando, en teoría, controlaba que no copiáramos. No le dimos entonces suficientemente las gracias pese a que a más de uno nos salvó del suspenso. Ahora que está jubilado supongo que ya se puede contar y agradecer. Gracias, Agustín.

Alrededor de 400.000 jóvenes van estos días a enfrentarse a lo mismo en España por última vez tras 40 años de exámenes de Selectividad poniendo cardiaca a la chavalería consciente, ahora sí, de que confundir los periodos de la Revolución Francesa puede impedirte entrar en Psicología y de que o haces un examen perfecto o olvídate del doble grado de Matemáticas y Física. En estas cuatro décadas la puñetera prueba ha truncado muchas vocaciones pero, claro, dirán, en la universidad no cabe todo el mundo y alguna selección previa habrá que hacer. A partir del próximo año será lo que llaman reválida de bachillerato, un invento todavía por perfilar pero que no parece que vaya a variar mucho sobre lo actual; un examen que valdrá el 40% de la nota más el 60% de los dos cursos de bachillerato para determinar si uno puede elegir estudios, con lo que la histeria de estas fechas no hay quien se la quite. Hay quien en casa ya tiene preparada la tila por la ansiedad y el café para arrancar horas al sueño del peque, aunque son muchos los padres que no saben explicar por qué la posibilidad de estudiar Derecho de la niña puede depender de no equivocarse en el análisis sintáctico de una frase o en despejar correctamente una ecuación.

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