La Provincia - Diario de Las Palmas

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Cien líneas

Horizontes

Los suizos han rechazado con el referéndum celebrado el 5 de junio la renta básica universal. Algo así como el 77 por ciento del personal se opuso a que el Estado entregue, de forma automática e incondicionada, 2.260 euros netos al mes a quien lo solicite. La abstención alcanzó el 54 por ciento. Normal. O no. La impresionante revolución tecnológica en curso es una fábrica de parados. No hay que ser ludita para verlo y constatarlo. Es cierto que aparecen como hongos nuevas profesiones y actividades mientras otras se esfuman, pero la automatización simplifica aceleradamente la producción. Y la abarata. El tsunami llega ya a los servicios. No quiero desalentar a alguno de mis jóvenes compañeros, pero por ahí ya hay robots que escriben periódicos. O eso dicen, aunque no sé si la fuente son los periodistas en veremos o las máquinas en podemos. Más aún, el margen de beneficio empresarial disminuye. Por cierto, ya lo había pronosticado Marx hace siglo y medio. El de Tréveris era un manipulador y un mentiroso, pero en algunas cosas estuvo acertado. Lo escribí el otro día. La economía mundial, aun en crisis, crece por encima del 3 por ciento. A ese ritmo, en veinte años, apenas un parpadeo, ¡se habrá duplicado! Y como la revolución tecnológica es exponencial, esas cifras pueden quedarse cortísimas pasado mañana mismo. Conclusión. Esos 2.260 euros al mes por no hacer nada los veremos muy pronto en Suiza, aquí y en todo el primer mundo. Habrá pasta y de sobra. Ojo, la alternativa es la revolución.

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