Querido amigo, el Sindicato Manos Limpias ha descubierto en España un nuevo "nicho de negocio" que está dando mucho que hablar, y pronto tendremos un sindicato para la defensa del consumidor, del pasajero, del paciente...
Así que, en caso de que seas víctima de maltrato por parte de tu médico, no necesitas buscarte un abogado, para eso tendrás "Batas Limpias", el Sindicato para la defensa de los pacientes.
Si el cura de tu parroquia es un pelmazo, te vas al Sindicato de los feligreses. Si el sastre te hace una chaqueta que es una porquería, pues reclamas al sindicato "Trajes Limpios", y así con el panadero o el zapatero, de modo que ninguno de ellos se coma un rosco si está en la lista de no recomendables del sindicato. Es como el RAI, pero que te pueden borrar por un precio nego-ciable.
Se me ocurre que, si eres víctima de una infidelidad matrimonial, también podrías contar con la colaboración de un sindicato que se llame "ASTA", Asociación Sindical de Techos Altos...
En cualquier caso, es similar a lo que hacen las empresas que se ofrecen para recurrir las multas de tráfico: el Gobierno hace la ley, el Ayuntamiento la trampa y el guardia te pone la multa. Luego viene la empresa quita-multas a reclamar y todo el mundo hace su negocio, como en la cadena de favores.
Pero, en el caso de Manos Limpias, la letrada López Negrete va a tener que cantar el México lindo y querido si quiere salir del entuerto, como cantaba con todo el sentimiento su pariente mexicano.
Aunque por mucho "que digan que estoy dormido..." el juez de la Audien- cia Nacional Santiago Pedraz se sabe la canción de memoria, y completará el estribillo diciendo: "y que me trai- gan aquí..." a Virginia López Negrete y sus coleguitas Miguel Bernard y Luis Pineda.
Pero es que estos que vienen de limpiamanos son unos chapuzas. Los nuevos empresarios crearán seguramente lo que podríamos llamar "Publicidad silenciosa", una especie de contrapublicidad en la que se destaquen los productos y servicios que no son recomendables.
Lo tienen fácil, simplemente tendrán que dar curso y publicidad a las denuncias de los consumidores y silenciar a los vendedores de los productos y servicios que pasen por caja y se "retraten" volunta-riamente.
Nadie podrá decir que es un soborno si también se retratan las empresas en sus dádivas a los partidos políticos, e incluso los creyentes, que hacen sus aportaciones económicas para alcanzar la gloria en la vida eterna.
Lo malo de tener tantos "investigados" en la cosa pública es que la gente aprende, Gregorio, y cualquiera puede reclamar libremente lo que considere oportuno. Es lo que tiene el sistema democrático que disfrutamos, que el voto de Stephen Hawking vale lo mismo que el de Belén Esteban.
Pero la política siempre se ha sustentado en favores pagados, Gregorio.
Es como uno que fue a cambiar un billete de cien euros y dijo: "Me cambia este billete por tres de cincuenta, por favor", y el otro le contestó: "Será por dos...", por lo que el primero concluyó: "Y entonces, ¿dónde está el favor...?"
Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.
