Una llamada de un veterano lector como Carmelo Dávila da la voz de alarma tras un paseo por la calle Triana. Se ha encontrado con varias personas que alimentan a las palomas y a su juicio son un plaga nada beneficiosa para la ciudad, ni para las personas ni para los edificios. Propone una "apañada" de palomas. Es decir, que las atraigan con alimentación y al saco. Dicho queda.