Los nórdicos que tanto están invirtiendo en las Islas y en concreto en Gran Canaria se llevaron ayer una desagradable sorpresa al escuchar a Pedro Quevedo atacar a una multinacional muy popular por sus catálogos, ahora más, con terribles acusaciones que no se reproducen aquí para no ser cómplices del exceso. La tribuna política facilita los estruendos verbales y hasta los resbalones.