Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, uno de los significados de la palabra trampa es "ardid para burlar o perjudicar a alguien". Por ejemplo, el irresponsable primer ministro británico ha caído en su propia trampa al convocar un referéndum que decidirá si Gran Bretaña permanece o no dentro de la Unión Europea. Antes de que encuentre una fórmula que rija su relación con la UE, Escocia pedirá otro referéndum para seguir en la UE como nación independiente.

En España, el líder del PSOE ha caído en una trampa mortal arrastrando consigo a millones de votantes que decidirán la composición o descomposición del próximo Parlamento que regirá el destino incierto y difícil de España. El PSOE lleva descomponiéndose desde la época del Sr. Rodríguez Z. En los últimos cuatro años ha perdido su ideología socialdemócrata al pactar gobiernos municipales y autonómicos con la extrema-izquierda. En las elecciones de Diciembre 2015, los socialistas demostraron su incapacidad para gobernar España. Su candidato, el Sr. Sánchez, puso en práctica el Teorema de Bayes: si no sabemos usar la información previa, inevitablemente haremos juicios tontos sobre el futuro. Ahora Sánchez ha vuelto a ignorar que la historia se repite y que el pasado es la mejor guía para el futuro. Si tras las elecciones del 26 de Junio los socialistas deciden suicidarse apoyando a un partido totalitario como es Unidos Pablemos, tendremos Frente Popular 80 años después del que padecimos en 1936. Para la Unión Europea, España habrá muerto.

Unidos Pablemos o Totalitarios Unidos es una burla: las siglas encubren al Partido Comunista Español, al frente del cual hay una camada de cachorros universitarios con enormes contradicciones, mentiras, espectáculos, traiciones y déficit sobresaliente de cultura. Su táctica es hacer pensar a sus seguidores con un mundo que nada tiene que ver con la realidad. Los comunistas quieren tanto a los pobres que son expertos en multiplicar la pobreza. Está sobradamente demostrado que cuando la gente no sabe o carece de instrumentos de juicio y meramente siguen sus esperanzas, se siembran las semillas de la manipulación política. Tener por espejo de democracia una patraña militarizada, como es el tinglado venezolano, nos pasará factura. Como ha recordado Nicolás Redondo Terreros, en España no hemos tenido nunca bases comunes de convivencia. Hemos estado siempre debatiendo entre una España satisfecha con lo que era y otra siempre dispuesta a empezar de cero. Llevamos más de 200 años viviendo en una España permanentemente dispuesta a asaltar el cielo, que ha preferido las revoluciones a las reformas, convirtiendo todo en motivo de confrontación fratricida. No parece que hayamos escarmentado por la última Guerra Civil.

A una semana de que pueda repetirse el escenario que rompió España en 1936, y cuando ya sabemos lo que van a votar una masa de millones de fanáticos, tontos, ignorantes y cabreados, los españoles no sabemos bien lo que es común y superior a cada uno de nosotros. Ha aparecido un populismo de extrema-izquierda que rechaza el sistema y pretende volver a empezar desde cero, una amenaza real para la convivencia y para nuestro sistema constitucional. Millones de tontos siguen sin creer en el peligro que supone para la sociedad española una forma de hacer política que nos devuelve el fantasma fratricida de las dos Españas. Se engañan y se equivocan porque Unidos Pablemos o Totalitarios Unidos es un partido mutante, es la trampa. En ese proceso mutante, el líder de Pablemos es un tramposo camaleón cuando declara que es socialdemócrata, como dice que lo fueron Marx y Engels. Lo más insultante de esa declaración es tratar a los ciudadanos como iletrados. Periodistas e historiados han salido al paso de esa sandez recordando que Marx era ante todo un revolucionario cuya misión era derrocar a la sociedad capitalista y a las instituciones políticas para la emancipación del proletariado y servir a sus propios intereses. El Manifiesto Comunista publicado por Marx y Engels en 1848 era el programa para la Liga Comunista en el que se constataba que los comunistas no tienen por qué encubrir sus ideas e intenciones y que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Las víctimas de Lenin y Stalin, los héroes de Unidos Pablemos y del nuevo zar ruso Putin, superan los 70 millones. Sus señas de identidad siguen siendo la bandera roja, la hoz y el martillo, un trapo que enseñan en cualquier manifestación junto a una bandera inexistente de España.

En palabras de Nicolás Redondo, tanto el PP y el PSOE tienen la responsabilidad de no ir contra la Historia. Sea cual sea el resultado de las elecciones, deben gobernar en coalición pactando una Agenda Nacional de Reformas, porque lo que corre peligro no es solo la herencia que recibimos de nuestros padres sino la propia viabilidad de España como nación. Si los comunistas y antisistema, ahora disfrazados de Unidos Pablemos o Totalitarios Unidos, llegan al poder será el principio del fin de nuestro sistema de libertades. Que nadie se engañe: el objetivo de Unidos Pablemos es la toma del poder a cualquier precio (utilizando a millones de fanáticos, tontos, ignorantes y cabreados) para aplicar un programa revolucionario de demolición de las estructuras democráticas. La historia nos dice que en España es más fácil empeorar y seguir cayendo por la pendiente, que mejorar. Las encuestas dicen que es lo que probablemente sucederá. Para George Steiner, la culpa será del idiótés, aquella persona que según Aristóteles se queda en su casa, no vota y deja que gobiernen los bandidos. De esos idiótés tenemos millones en España. Buen día y hasta luego.