La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Reflexión

Hablando en cristiano

En la época en que en España vivían musulmanes, judíos y castellanos, surge la frase "hablar en cristiano", o lo que es lo mismo, hablar de manera clara. Esta frase popular bien podríamos aplicarla a la época en que vivimos, una sociedad multicultural y donde no predomina el hablar de manera clara y yendo al grano, a la esencia, sobre todo por parte de aquellos que tienen la posibilidad de hacerlo ante las masas, llámese curas, políticos, artistas, etc. Un buen amigo mío, Suso Vega, anda presentando su última publicación "Nuevas cartas al Viento", por algunos pueblos de la isla. Ingenio, Agüimes y Tamaraceite, han sido los escogidos por él, por ser donde en este último periodo ha tenido que desarrollar su labor pastoral. Pero a buen seguro que lo hará en Lanzarote o Fuerteventura, donde dejó una gran huella pastoral y sobre todo humana. Me tocó a mí la enorme responsabilidad de presentar este último libro en mi pueblo de Tamaraceite y ante mi gente, aunque recuerdo con gran cariño que también tuve el honor de presentar hace ya la friolera de veinte años en Antigua y Melenara sus primeras "Cartas al viento". Hoy quiero presentarles la nueva obra de Jesús Vega Mesa, una recopilación de artículos en formato de carta que han sido publicados muchos de ellos en este mismo periódico de manera quincenal o semanal. Como marca el protocolo en cualquier presentación de un libro, se comienza presentando al autor. Pero qué quieren que les diga que muchos de ustedes ya no sepan. Me atrevo a definirlo con una frase: "Suso es ante todo una persona con una extrema sensibilidad". Sensibilidad que le hace estar más receptivo al dolor de los que le rodean, de ver más allá de lo que cualquiera de nosotros pudiéramos llegar, pero de VER con mayúscula. Porque no es fácil ver con la mirada de Suso, siempre atento a los problemas de los demás y con una gran capacidad para comunicar, con la palabra y con la pluma. Cartas al Viento, que como él ha dicho en más de una ocasión, son cartas escritas, a veces sin remitente, lanzadas al aire y dejadas a la buena de Dios, a que sean leídas por personas distintas, grandes y pequeños, hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, de aquí y de allá y sobre todo de cualquier condición social. Haciendo un recorrido por los lugares por los que ha estado destinado como párroco y donde ha sabido ir descubriendo poco a poco las entrañas de su gente, sus emociones y sentimientos, sus penas y sus alegrías.

Estas Nuevas Cartas al Viento no difieren mucho del estilo de aquellas que recopiló hace veinte años en otro libro, porque su estilo es el mismo, su sensibilidad, su transparencia, su sentido crítico,... Pero sobre todo, y creo que es el título de una de sus cartas, hablando en cristiano. Nos habla de Dios, pero por encima de todo de la vida diaria, de los problemas con los que se encuentra, con sus vivencias cotidianas, a las que él de manera tan peculiar es capaz de sacarle la enseñanza más bonita. Dios está detrás de cada una de las cartas de este libro, un Dios que es amor y alegría, fiesta y amistad. Un Dios cercano a jóvenes y a mayores, que ríe y sufre junto a él.

En veinte años muchas cosas han cambiado. No somos los mismos físicamente claro está, momentos de caída libre y momentos de euforia y alegría. Unos que llegaron y otros que se han ido. Pero veinte años no es nada y es mucho, sobre todo para estas Nuevas Cartas al Viento que está presentando Suso Vega por algunos pueblos de la isla, donde él ha dejado atrás mucho cariño. Cartas al Viento cargadas de emociones y sensibilidad, de momentos compartidos y sobre todo de gran amistad. Todas ellas bajo la atenta mirada de ese Dios bueno del que él siempre nos habla desde el ambón cuando tiene el alba y la estola, pero también en lo cotidiano, en los momentos de alegría y en los no tan buenos de la vida diaria. En definitiva, les animo a leer esta nueva edición de Cartas al Viento y a descubrir en cada una de sus palabras no solo la voz de Dios, sino de todas esas personas, anónimas o no, que con su testimonio y desde la sencillez de lo cotidiano nos animan a trabajar por un mundo mejor.

Compartir el artículo

stats