El paisaje lleno de sugerencias que desprenden los resultados de las encuestas habla por sí solo de la necesaria capacidad de los líderes para fajarse ante lo inconmensurable de la política. De pronto, ante el todo es posible una vez más, la comodidad ante la rutina se desvanece, y crecen factores como la creatividad, la complicidad, el riesgo, la autoridad moral, la sagacidad, el regateo, la simulación, la seducción, el engaño... La inseguridad abre las puertas a la táctica en su estado puro: hablar del día después como del fortalecimiento del multipartidismo es poco, mejor referirse a la incertidumbre que provocan unos protagonistas aún cubiertos por el barniz de la política tradicional. Da cierto pánico ver a estos líderes poniendo el listón muy alto, dedicados a negar un cambio de rumbo o obcecados en no admitir la mayor, es decir, revisar los maximalismos y acogerse a la duda. Las encuestas a una semana de la cita electoral traspasan a los votantes un plus energético muy claro: la aspiración de que la mayoría la tienen que conseguir los más inteligentes. Y la sábana blanca no deja de exhibir manchas (decalcomanias como las del artista Óscar Dominguez) que se agrandan o empequeñecen:

1) ¿Restirá Sánchez contra la evidencia zalamera de que fluctúa ahí un pacto con mayoría absoluta con Unidos Podemos?

2) ¿Volverá a hacerlo el PSOE con C's, y como consecuencia de ello exigirá al PP la abstención?

3) ¿Habrá alguien en el PP que acepte las exigencias de Rivera para que Rajoy sea fulminado?

4) ¿Volverán los socialistas con pedigrí a exigir la conveniencia de una 'gran alianza' con los populares?

5) ¿Traicionará el PSOE la cantinela de que no se abstendrá ante un PP en minoría a cambio de obtener la cabeza de Rajoy y ciertos cambios progresistas?

6) Y puede ser que el coeficiente intelectual no pueda desprenderse de la grapa, y entonces: punto 5 del artículo 99. "Si transcurrido un plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato obtuviere la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso".