Querido amigo, no porque me hagan dos veces la misma pregunta voy a dar una respuesta diferente pero, al parecer, eso es lo que pretenden que hagamos los partidos políticos: desdecirnos, después de darnos la murga durante seis meses de campaña y precampaña.
Si quieren que les demos otra respuesta que nos hagan otra pregunta, y no la misma del 20 de diciembre pasado.
Durante ese tiempo no he oído casi nada nuevo de los que se proponen para gobernarnos, y está claro que si no me gustaba el plato que me ofrecían hace seis meses, tampoco me va a gustar ahora. Lo lógico es que me ofrezcan otro menú o que, por lo menos, cambien de camarero o cocinero.
Pero no, insisten los mismos con lo mismo, y pretenden que seas tú el que cambie de opinión. Piensan que el electorado no sabe lo que quiere y nos repiten la misma pregunta como a niños de teta.
Los españoles sabemos muy bien lo que queremos, pero hace tiempo que eso no está en la carta de los partidos. Se trata de proponer cualquier cosa aderezada con salsa de honestidad, pero es ese un ingrediente demasiado exótico para la gastronomía de estos tiempos, cuando los políticos se revuelven sin recato en el caldo podrido de la corrupción.
¿Qué va a pasar ahora, Gregorio?, o como diría un político: ¿Qué va a pasar después de que pase ahora lo mismo que pasó, hace ahora seis meses...?
Espero que no lleguen a repetirnos lo mismo por tercera vez, sobre todo por lo que nos está costando. Así que, si Dios no lo remedia, tendrán que hacer un pacto contra natura.
Decía Groucho Marx que "la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".
Repetir la misma cantinela es el Sancta Sanctorum de todas las religiones y, ya se sabe: repite lo que te digo sin pensar y acabarás por pensar lo que te digo.
Discovery Max es una cadena de televisión que emite programas de docu-realidad, y una de sus características es la de repetir cada pocos minutos el titular y una síntesis de la historia que está contando. La intención es que el espectador no piense, es decir: técnicas para tontos que la televisión aprovecha para intercalar concejos publicitarios contando con la predisposición incondicional de un televidente que ya está entregado.
Es el precio que pagamos por dejar la educación y la opinión en manos de terceros. Tendríamos que ocuparnos más y, el caso del voto, después de las elecciones se debería hacer una publicación con el resumen del programa al que se compromete cada partido incluyendo, además, una lista con nombres y apellidos de lo que hemos votado cada uno. No sé qué sentido tiene ocultarse, al contrario, es la única forma de votar con responsabilidad.
Podremos equivocarnos o no - siempre tendremos la oportunidad de aprender y corregir - pero no es cuestión de tirar la piedra y esconder la mano.
Al mismo tiempo dejaríamos constancia de lo que hacemos o dejamos hacer, y seguro que sería el libro más vendido de la legislatura.
Prepárate a re-votar, Gregorio, y que sea lo que Dios quiera. Un abrazo y hasta el martes que viene.
