Como si fuera un sueño mágico, surrealista y metafísico presiento la prodigiosa llamada del Arte en el claustro materno: mi primerísima y original exposición la presento en el vientre de mi madre. Nacido el 8 de mi tocayo mes del 1934, en Las Palmas de Gran Canaria, era demasiado infante para detener la guerra "incivil" española. Con delirio engrandecía al soñar tanto con la Luna; lunáticamente poético pinto cartulinas con tinta de calamar, salsa de azafrán, jugo de remolacha y sangre de chumbos indios; con tiza dibujo kilométrico asfalto. De creativa formación autodidacta amplío mis estudios libre de dibujo, pintura, escultura, perspectiva y composición en la prestigiosa Escuela Luján Pérez. Mi volcánica época juvenil recibe espontáneas lecciones magistrales de casi todo el mundo, de los libros y, en especial de los tebeos. Mi ilusionada meta es llegar a ser un magnífico artista... de circo. (En toda la Historia se cuenta que los bufones han sido consejeros de reyes y príncipes). A los 16 años realizo mi prima exposición pública (Galería Wiot). Organizo desenfrenables exhibiciones artísticas por las ciudades de mis Islas -incluso en el fantasmal Islo Samborondón-. En la edad militar escandalizó con mi audaz reto al genial Dalí: Pinto El Ángel de Canarias, cuadro de tres metros, en el tiempo "récord" de 45 minutos. Mi proeza pictórica me brinda la popularidad con sonoro eco en la Península y extranjero: "Si Picasso, Miró y Dalí son genios, ¡por qué no puedo serlo yo!", replico.

Cruzo "el chaco" (1957) de largo periplo: viajo en calidad de emigrante y trabajo en las minas de carbón de Bélgica: en sus galerías subterráneas expongo y me expongo, realizo con pico y pala estatuas en las carboníferas entrañas de la tierra, ¿algo más hondo y más profundo?. En la Exposición Universal de Bruselas (1958) mi obra se universaliza. A la parisina Torre Eiffel, gigantesco monumento al petróleo, la transformo en el Esqueleto de Europa. La Gioconda me sonríe exclusivamente a mí; la Venus de Milo aplaude mi genio y me abraza con pasión antigua. Vivo intensamente en Italia (1959): la titánica magnitud de Miguel Ángel refuerza poderosamente mi espíritu; el genio múltiple de Leonardo da Vinci inspira mi polifacetismo; adoro el dorado d Tiziano; la elegancia plástica de Rafael y vampirizo en los cuellos de cisne de Boticelli. Todo el Renacimiento renace en mí. ¡Roma se vuelve a incendiar con mi volcánico arte!... En Madrid tomo el Museo del Prado como residencia: Las Meninas de Velázquez me engatusan como mininas, el sublime cuadro es mi Espejo de la Pintura. Me encapricho de las luminosas Pinturas Negras de Goya (su desaparecido cráneo lo tengo en mi cabeza), sus sensuales Majas me visten y me desnudan. Al máximo estilizo mi estilo quijotesco, en honor de El Greco. Sediento bebo en la caudalosa Fuente de El Bosco, pionero -con Arcimboldo- el más puro manantial del Surrealismo.

Cabalgando en mi caballete "Rocinante" recorro Andalucía, Tánger, Gibraltar, Portugal... Sobre el escenario del Teatro Principal de Toulouse canto mientras pinto una tela: "El único artista abstracto es el Hombre Invisible". Regreso a París (resido hasta el año 1968). Desde la capital francesa viajo con mi obra exponiendo en los más importantes países de Europa. En Montmartre pinto a la intemperie cuadros de grandes dimensiones. Se cotiza mi pintura. Como un Don Quijote apasionado (1960) me enamoro de Dulcinea: la bella Hannelore -formidable pintora alemana nacida en la perfumada Colonia- y la hago mi modelo, mi mujer y mi esposa. Exponemos muy juntos. Nacen (1961 y en 1965) mis hijos Natalia y Leonardo, mis mejores obras de arte. Multiplico mi talento polivalente y actúo en cafés cantantes, pinto decorados y telones, compongo canciones y grabo discos en Pathé Marconi, Ducretet Thomson y Typic; la empresa Garzón publica mis partituras (1962-63). Popularizo mis Conferencias cantadas y dejo afónico a los críticos. Estreno mundial de mi micro-ópera El Palomo de la Guerra, de un solo aria, la canto en el Teatro de la Ópera, pero en su fachada (1964). En el corazón y cerebro de París lanzo mis Discos Cuadrados y comestibles y perfecciono la cuadratura del círculo... Mercantil. Organizo y celebro en el Teatro de la Galette - exhibiendo mis cuadros en su hall- el primer homenaje universal en honor a Picasso, colaborando en el espectáculo el escritor y pintor Roberto Arche "Montañés", el poeta Martín Galán, la bailaora Pastora, el guitarrista Ortega y el cantaor Chamaco.

Vivo en la rue Fontaine, vecino de André Breton y del Moulin Rouge, donde hago mi exposición -homenaje a Toulouse-Lautrec y canto El can-cán canario. Un extraordinario escándalo provoco cuando intento colgar mis cuadros en el interior del Museo del Louvre (1964). Sólo logro exponerlos en el exterior del magno edificio. Por tal hazaña artística me otorgan el Gran Prix de l'Originalité la Radio y Televisión Francesa que filmaron el acontecimiento. Aparezco en primera plana de los periódicos Le Figaró, L'Aurore, Paris-Jours y otros mundiales rotativos. Fundo y dirijo la revista manuscrita El Pírgano de Borondón, admitiendo todos los idiomas y las faltas y las sobras ortográficas. Colaboró ardientemente en el semanario Volcán, creado por el estupendo Leandro Perdomo Spínola para toda la colonia hispana en Bélgica. Dibujo y escribo para la prensa. Hago contacto amistoso con las personalidades más destacadas y famosas del Arte, de la Literatura y del Espectáculo.

Al no soportar más el estudiantil y revolucionario Mayo Francés (1968); al comprobar la falsedad política del anagrama emblemático "Fraternité, Égalité et Liberté", desilusionado abandono casi definitivamente París. Prosigo mis viajes internacionales. Soy un canario de altos vuelos, de grandes cantos y encantos y estoy desenjaulado en el cosmos: A la hora del té, es mi Londres, Puntual atraco a Suiza, El Mago Berlín, La Hoz-Limpíada de Moscú, Un fotogenio en Hollywood y Viera en Viena: todo suena a vals.

En las Olimpiadas de México (1968) mis pinturas agasajan a Cantinflas, me premian con el medallón Calendario Azteca de Oro. Regreso a Las Palmas (1969) y ofrezco una antológica homenaje al fabuloso y siempre admirable Néstor, el salón lo "aromatizo" con pulpos asados al brasero. En la Casa Ricard de Barcelona rindo tributo a Gaudí, el psicodélico Neptuno de la Arquitectura Líquida.

Por fin llego a Palma de Mallorca (1971). Dos meses de exposición en el Edificio Minaco. Como preludio pinto con tinta de calamar El fantasma de Chopin en una sábana (Playa de Palma); en la rueda de prensa canturreo mis respuestas. Ofrezco un cóctel y un periódico autobiográfico a guisa de catálogo, destacándose esta frase: "Soy profeta en mi tierra, aunque prefiero que todos me traten como si fuera extranjero". Voy de romería a Roma y ofrendo a su Santidad el Papa Pablo VI mis cuadros de dos metros El Cristo Negro y El Cristo del Atlántico, que figuran en la Pinacoteca Paulina del Vaticano.

Edito en Madrid Atlántida 2002, una novela capicúa, prologada por Tip y Coll. Impiden mi buena intención de cambiar un cuadro mío por el velazqueño Las Meninas del Prado. Los madrileños casi me meten en un socavón. Publico La quijotesca locura de llamarme El Genialísimo, de medio metro.

El 20 de septiembre de 1984 firmo un contrato; conmigo mismo: yo soy el único y gran promotor, marchand y representante artístico universal de mi obra, en exclusiva. Tengo Exposición Permanente en su Galería, Julio Viera. Todos los años expongo mis obras en Palma, en la Península y en el extranjero. Donde mi caballete pisa florecen las rosas del Arte.

Publico mi novela La resurrección del gato (1985) con ilustrísimas ilustraciones mías, no del fabuloso felino. Firmo y numero mis litografías, son únicas: todas están con el número 1. Termino de ilustrar -103 dibujos- el Quijote (1986), y engordo diez kilos al tragarme Sancho Panza. Varias impresiones de mis libros; nuevas visitas a Italia; viajes y exposiciones en Alemania, América...

En un lienzo de 30 metros pinto un "mural" titulado La Playa Fantástica, (decora el supermercado "Mercoisa"). Retoco infinitos proyectos para un cercano futuro. Siempre en constancia superación preparo distintas y diferentes obras de arte. Rindo homenaje a Goya, 1996.

Mis pinturas figuran internacionalmente en iglesias, museos, galerías y en inteligentes colecciones particulares. Siempre es mejor colgar el cuadro que al pintor.

De no haberme llamado Julio Viera me hubiese puesto este seudónimo: "Julio Viera".