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Cira Morote.

Una explicación conveniente

Es muy fácil explicar la espantada británica de la Unión Europea por cuestiones relacionadas con el nacionalismo o la xenofobia de los habitantes de la Pérfida Albión. El viernes me subí a un taxi y el conductor hacía el siguiente razonamiento: "Aquello se les ha llenado de rumanos, porque la UE es un coladero y ellos pagan sus impuestos para que luego sean otros los que se lleven las ayudas y el dinero de las pensiones". Pero habría que plantearse si no hay causas que van más allá, por ejemplo el hecho de que las políticas de austeridad y adelgazamiento de lo público impuestas por Alemania -y que los ingleses llevan sufriendo desde los tiempos de Margaret Thatcher, hace ya cuatro décadas- han empobrecido a las clases medias y trabajadoras, que ya están al límite de su esfuerzo.

Obviamente, la principal interesada por evitar el brexit era la canciller Angela Merkel, no es casualidad. Tampoco lo es que hayan sido los distritos del Gran Londres, la City y las zonas con altos niveles de poder adquisitivo las que hayan registrado mayores apoyos al 'sí' a Europa. Y es que Reino Unido ha sido un aliado histórico de los germanos en la política económica y hay mucho en juego.

En estos años de crisis ha quedado claro qué países se han soportado el peso de la recesión y cuáles se mantienen o, incluso, han obtenido rédito económico. Pero, ¿cómo ha vivido un británico o un alemán de a pie todo el proceso? Pues también lo ha sufrido. La Unión Europea que se ha construido no es la que protege a sus ciudadanos, la solidaria e igualitaria, sino la que perpetúa un sistema que desangra a los que menos tienen, a los trabajadores y a los pequeños empresarios.

Augusto Zamora, profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid, cree que el proyecto de la UE ha fracasado y lo explica gráficamente en su magnífico artículo Algo más que vieja y nueva política, publicado en El Mundo. "Las políticas deben ser por y para la gente, no para enriquecer a los más ricos y condenar a pueblos enteros a los infiernos. [En una Unión Europea] privada de ideales de igualdad, los resultados son los que hay: concentración de riqueza, inequidad creciente y paro, paro y más paro".

Algunos de los países que están dentro de la UE se salen, como Reino Unido, a pesar de la City, del Financial Times y el The Economist y lo que representan. Otros se plantean abandonar el euro, como Italia. Algunos que no están, Islandia y Suiza, retiran su candidatura, convencidos de que pueden defender mejor sus intereses fuera que dentro. El proyecto hace aguas. Las supuestamente preclaras políticas impuestas por la Comisión Europea, con la complicidad del Banco Central Europeo y el FMI y los gobiernos afines y neoliberales, pasan factura. Claro que ésta no será la lectura que se haga, será que los ingleses son muy suyos, que Cameron se ha equivocado, incluso algunos han advertido de los peligros de convocar un referéndum. Un "eso te pasa por preguntar" que suena, como poco, a rancio. El líder laborista ha realizado un ejercicio de democracia, tanto al llevar el asunto a las urnas, como luego al dimitir porque asume que su opción no satisface a la mayoría.

El brexit no se explicará como una consecuencia de la manera en la que se ha afrontado la crisis y cómo esto ha afectado a los ciudadanos. Habrá justificaciones más convenientes. En fin, ojalá otra Europa sea posible.

@CiraMorote

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