El papa Francisco y el patriarca de Armenia, Karekin II, mostraron gran sintonía durante la visita del pontífice a este país caucásico en la que el obispo de Roma instó a avanzar hacia la unidad de estas dos iglesias cristianas pero separadas.

Asimismo, Francisco y el patriarca armenio denunciaron la "inmensa tragedia" que encarnan las personas que huyen de los conflictos y destacaron que, en este contexto, la persecución religiosa se ha convertido en "una realidad cotidiana".

"Aún somos testigos de una inmensa tragedia que se da ante nuestros ojos: innumerables personas inocentes asesinadas, deportadas, obligadas a un doloroso e incierto exilio por los continuos conflictos de tipo étnico, político, religioso en Medio Oriente y en otras partes del mundo", señalaron.

Francisco concluyó ayer una visita de tres días a Armenia, primera etapa de un periplo discontinuo en el tiempo por el Cáucaso meridional que continuará entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre, cuando viajará a Georgia y Azerbaiyán.