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Inventario de perplejidades

El PP, en deuda con Podemos

Por lo que se va oyendo en las tertulias de radio y televisión, el PP le debe su inesperado aumento de diputados a Unidos Podemos. Fundamentalmente, por el miedo que en el electorado más conservador produjo la posibilidad de que pudiera acabar gobernando la coalición que encabezaban Pablo Iglesias y Garzón. Las encuestas les otorgaban un crecimiento notable y hasta el candidato del gobierno en funciones aprovechó los últimos días de la campaña para extender la idea de que los podemitas no solo iban a rebasar en votos al PSOE sino que ya eran la competencia directa del PP. Y todo eso gracias, entre otras cosas, a los votantes que en las elecciones anteriores se habían inclinado a votar a Ciudadanos por causa de los numerosos casos de corrupción en las filas del partido gobernante " Este domingo", les pidió Rajoy encarecidamente, "no dividamos el voto moderado o Pablo Iglesias puede llegar a La Moncloa". La imagen de un presidente de gobierno con coleta paseando por los jardines del palacio presidencial o haciéndose una foto con un grupo de ministros descamisados en las escaleras del noble edificio estremeció a la gente de orden y la movilizó mucho más que cualquier otro discurso. Por lo que se ha comprobado luego, la táctica le funcionó muy bien a Rajoy. Podemos ha visto interrumpida su irresistible ascensión a los cielos del poder, Ciudadanos se ha debilitado en su proyecto de alternativa limpia limpísima de la derecha, y el PSOE no ha frenado todavía su cuesta abajo. Y a todas esas circunstancias beneficiosas hay que añadir la desaparición del primer plano de la vida política nacional del viejo Partido Comunista de España que ha sido "fagocitado" (al decir de algunos tertulianos) por la formación que encabeza Iglesias. El termino "fagocitar", que equivale a ingerir por fagocitosis, es decir, el proceso que consiste en el englobamiento y destrucción de microbios u otras partículas por fagocitos, se ha puesto muy de moda en el lenguaje de la política de andar por casa. Por la razón que fuere, preferimos trasladar al submundo microbiano lo que en el acontecer selvático cotidiano entendemos por "devorar" o, dicho en otras palabras, al hecho de que un animal se coma a otro y previa masticación lo acabe por digerir y luego defecar. Y en ese proceso nos encontramos ahora. Por todo ello, y por más cosas, el PP debería quedar muy agradecido a Podemos y ahora que lo ha ayudado a salir de la desairada posición en que se encontraba después de las elecciones anteriores, cesar de una vez por todas en la campaña de descalificaciones demagógicas de que le ha hecho objeto. Porque Podemos aglutina buena parte del voto de una juventud muy castigada por la política neoliberal y de un sector muy amplio de la ciudadanía que está harta de la corrupción institucional que padecemos. Y parece preferible que la energía de esa frustración injusta se encauce pacíficamente hacia el Parlamento y no explote espontáneamente cualquier día. En cuanto a la dirigencia de Podemos, habría que desearle que no se hunda en la depresión por no haber alcanzado sus objetivos tan rápido como deseaba. En realidad, ha tenido un éxito extraordinario para ser un movimiento que ha nacido hace dos días.

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