Cuando un avión logra "romper la barrera del sonido" se produce un ensordecedor estruendo. Ello es debido a la denominada "onda de choque" que llega hasta nuestros oídos, onda generada al viajar el avión más rápido que el sonido que él mismo genera. Este fenómeno se conoce como "explosión sónica". Al incidir la luz sobre grafeno la velocidad de la misma decrece cientos de veces. Los electrones que viajan por este material bidimensional pueden entonces superar la velocidad de esa luz ralentizada. Análogamente a lo que sucede con el sonido, al "romper la barrera de la luz" se produce una "explosión óptica", un inmenso destello de luz, tal como han demostrado investigadores del MIT. ¡El grafeno ha quedado convertido en una inesperada bombilla!
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