Soy un ciudadano español, residente en el sur de Marruecos, con cierto conocimiento sobre la historia del antiguo Sáhara Español, y con el simple deseo de exponer las razones por las cuales, en mi modesta opinión, queda fuera de contexto un hipotético referéndum de autodeterminación, una hipotética independencia y por tanto las reivindicaciones basadas en una realidad que sólo está en la mente de algunos políticos españoles y en la vieja élite del Polisario en Tinduf.

En España hay un total desconocimiento de la realidad que se vive aquí y pienso que algunos dirigentes políticos españoles no se deberían dejar arrastrar por informaciones que les transmiten unos saharauis que han perdido las referencias porque viven anclados en la Guerra Fría.

Comenzaré mi relato comentando que desde el año 1993 hasta 1998 fui el responsable de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Murcia. Viajé en numerosas ocasiones a los campamentos de Tinduf, gestioné proyectos de ayuda humanitaria y de cooperación. Fui responsable de las campañas de Vacaciones en Paz en los años 1994 y 1995.

En el año 2000 realicé mi último viaje a los campamentos, acompañando a un grupo de médicos con el fin de realizar un informe sobre la situación sanitaria y elaborar un proyecto para el acondicionamiento de un hospital. Seis años después, las circunstancias del destino me brindaron la oportunidad de realizar un viaje por el sur de Marruecos hasta Ausserd. Desde entonces los viajes han sido continuos hasta que hace dos años tomé la decisión de establecerme en Tarfaya.

Durante todo este tiempo he conocido de primera mano la realidad de la región. He convivido con todo tipo de personas y familias, tanto saharauis como marroquíes. Y he conocido a españoles que llevan viviendo y trabajando en esta tierra muchos años, incluso desde la época colonial española.

Después de toda esta andadura, y de vivir permanentemente en este país y en esta región, me duele leer y escuchar que hoy en día, movimientos sociales, políticos o gente de la cultura tengan en España una visión tan errónea del problema que aquí existe, poniendo continuas trabas al desarrollo que hay y habrá en el futuro.

La historia de esta región no se puede circunscribir a la etapa colonial española. España tomó posesión de esta tierra por unos tratados un tanto peculiares, después de perder sus colonias americanas y sobre todo para posicionarse sobre las demás potencias europeas que en esa época, principios del siglo XX, se estaban repartiendo el continente africano.

Fue por un espacio de tiempo determinado, que visto globalmente podría considerarse muy corto. Trazó unas líneas rectilíneas que hoy día se mantienen. Pero muchos años antes, y de una forma natural, la población que habitaba esta región andaba de sur a norte, cruzando desiertos y comercializando con sus ganados y sus productos. Pero es que del norte también viajaban hacia el sur, y más al sur, incluso hasta Mali.

Durante el tiempo que llevo aquí -y el hecho de haber realizado un libro-guía de una zona muy amplia- he podido conocer rincones y lugares que acreditan estos hechos. Uno de ellos, por ejemplo, es Haussa. Una pequeña edificación en medio de este desierto, construida siglos antes de la llegada de los españoles. Hay entre los saharauis los que han querido atribuir esta construcción a los ingleses. Pero los hechos y los estudios realizados dan constancia que se trata de una construcción de beréberes del norte hecha siglos antes de la llegada de España.

Está claro que el idioma y la cultura es un hecho diferenciador que identifica a la inmensa población de aquí pero ello no puede suponer un derecho sobre unas líneas marcadas hace unos años por potencias europeas. Podría tener sentido, por ejemplo, si se pretendiera crear un estado independiente abarcando todo el ámbito geográfico donde se desarrolla una cultura hassaní -lengua, forma de vida, etc.- y en ese caso se extendería por parte de Argelia, parte de Mauritania, parte de Mali y parte de Marruecos. Pero esto, creo que nadie se lo plantee.

Se trata de una sociedad formada por tribus y familias, muchas de ellas con grandes disputas sobre las otras. Unas con mas afinidad hacia las tierras del sur, otras con mas afinidad hacia las tierras del norte y otras con mas afinidad hacia las tierras del este. Esto marca una realidad por la cual se hace impensable e imposible elaborar un censo del que se pretenda hacer un referéndum de autodeterminación.

Estamos hablando de una población que en sus orígenes nómadas se desplazaban, gran parte de ellas por el norte y que a lo largo de muchos años llegaron incluso a establecerse y mezclarse con otras familias que habitaban en esos lugares. Si alguien viaja por esta región y entra en contacto con su gente, será muy común observar como te cuentan por ejemplo que su abuelo era de Smara, que su mujer era de Tiznit y que su tío se estableció en Marraquech. Echen un vistazo a un mapa de Marruecos y se darán cuenta lo que digo.

Los seguidores de este conflicto también habrán escuchado y leído en numerosas ocasiones que se trata de un problema entre Marruecos y Argelia, y realmente así es por las consecuencias de una mala descolonización, sobre todo de Francia. Sabrán, por ejemplo que la región de Tinduf perteneció históricamente a Marruecos y que con la errónea gestión del establecimiento de zonas fronterizas tras la descolonización francesa, Argelia se apropió de esa región. Se da la paradoja que años después un grupo de jóvenes reivindicando la salida de España del Sáhara son recibidos con las manos abiertas en Argelia.

Pero si hay una razón firme y sólida en el contexto actual, que es la manifestada por los propios saharauis que viven en El Aaiún, Dajla, Bojador o Smara. La práctica totalidad de los nacidos en estas ciudades fundadas por los españoles a mediados del siglo XX viven en estas ciudades, y gestionan la administración en la Región, con la peculiaridad que muchos tienen nacionalidad española. Todos coinciden en lo mismo: tienen sus diferencias culturales, pero la firme convicción de ser marroquíes. Lo quieran o no esa es la realidad que se vive aquí.

Recuerdo hace muchos años, cuando participaba en reuniones de asociaciones estaban enmarcadas en supuestas ONGs, éramos adoctrinados y guiados sobre estrategias a seguir para luchar contra lo que se llamaba "ocupación marroquí". Hoy en día estos movimientos comercializan en España con sus niños, haciendo el juego psicológico de dañar no solo los sentimientos de los menores, sino los de las familias españolas que los acogen. Y sobre todo, dañando una identidad cultural que Marruecos no sólo protege, sino que difunde en contra de lo que se pretende creer. En cualquier publicidad e información de esta región se acompañada siempre mensajes referentes a la cultura y tradiciones saharauis.

Se está impulsando en esta región un gran desarrollo industrial y económico, como nunca antes se había hecho, donde cada vez mas se pueden ver a empresarios españoles interesados por estos avances. Creo que tanto los partidos políticos españoles, como los movimientos sociales, deberían hacerse eco y alejarse de falsas informaciones.

Después de todos estos años de convivencia en esta tierra llego a la conclusión que no se puede comprender este conflicto sin un conocimiento amplio de la historia de Marruecos, y en España aún tenemos muchos prejuicios.