Juno, la sonda con el nombre de la esposa de Júpiter, ha llegado a su destino, a la órbita del mayor planeta del Sistema Solar, después de cinco años de viaje. La NASA, responsable de esta aventura científica, quiere comprender mejor el origen y la evolución del gigante de rocas y gases y de esa forma despejar incógnitas sobre la evolución de la región espacial en la que está la Tierra.

La sonda orbitará el planeta durante casi dos años, con una fecha límite, febrero de 2018, y observará diferentes áreas y aspectos del astro que todavía no habían sido estudiados a fondo por misiones anteriores.

Según algunas hipótesis, Júpiter se formó en las cercanías del Sol y después fue tomando distancias hasta su actual posición. De confirmarse esa posibilidad habría que analizar las formas que sucesivamente fue adoptando el planeta y las modificaciones que experimentó, no sólo en cuanto al radio de su órbita. La influencia de esa metamorfosis en el resto de objetos del Sistema Solar también tiene el máximo interés.