La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Zigurat

La identidad del refugiado

La identidad de un pueblo está directamente relacionada con su medio, con su nicho ecológico, con su cultura. El desarraigo es una de los mayores causantes de marginalidad en los países con una estructura social sólida, a la que van llegando refugiados de diferentes regiones y por causas disímiles, como ocurre ahora mismo en Europa, ya sea la continental o la ultraperiférica, y que han puesto en entredicho la política de acogida y atención a estos desheredados.

El miedo corre más que los caballos del Apocalipsis y se está instalando hace ya tiempo en nuestras ciudades. Y ha quedado demostrado nítidamente con la salida del Reino Unido de Europa, que ahora están intentando arreglar porque ahora juzgan precipitado el abandono de sus socios económicos.

El avance imparable de la xenofobia neoliberal, con la repetición, si cabe lugar, de las elecciones en Austria, la ultraconservadora Polonia que ha vuelto a la más profunda de las relaciones con la iglesia católica, que no está haciendo el papel que le corresponde y que el papa Francisco reclama para toda la iglesia universal.

De igual forma Putin se ha echado en los brazos de la iglesia ortodoxa, más importante, poderosa y decisiva que la católica en Rusia, y de ahí a buscar razones doctrinales o bíblicas para gobernar hay solo un paso, un paso que no se tendría que dar nunca por mucho que sus gobernantes se identifiquen o profesen la doctrina al uso. Y ya lo están sufriendo los gais entre otros ciudadanos.

Los nuevos refugiados, apaleados y perseguidos, no son queridos en ningún sitio, y parece que los países occidentales no han tenido nada que ver en el asunto como así hacen creer a muchos ciudadanos. Estos que están llegando lo hacen con la esperanza de volver algún día a su tierra, cuando la guerra que comenzó y mantiene occidente termine por derramar hasta la última gota de sangre inocente.

Los que han nacido en los países colonizadores y los nacionalizados después de varias generaciones no encuentran en sus guetos medio donde desarrollar su existencia con algún sentido para su identidad y la identidad sin tierra, sin solar, sin hogar, está en sus libros, los que siempre se llevan y traen, y es una mirada lógica la que los hace per- tenecer a una comunidad que se rige por la literalidad y organiza sus ritos, sus fiestas, sus costumbres, su educación y su historia. Una de esas bases perennes para ellos es sin duda la que les dona el Islam.

Compartir el artículo

stats