A las doce en punto hora local, con el chupinazo lanzado por El Tuli desde el balcón del Ayuntamiento, Pamplona se sumerge desde ayer en los sanfermines, que este año celebran el setenta y cinco aniversario del lanzamiento del cohete como inicio de unas fiestas que no tienen ni un minuto de descanso durante nueve días.

Por votación popular, Jesús Ilundáin Zaragüeta, El Tuli, tuvo ayer el honor a sus 85 años de lanzar este cohete, un sueño con el que su ciudad le reconoce como impulsor del cántico con el que cada mañana se pide protección a San Fermín antes del encierro. Al grito de "Pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín. Iruindarrak, gora San Fermín", el chupinazo estalló sobre las cabezas de miles de personas que, desde primeras horas, vestidas de blanco aguardaban en la plaza del Ayuntamiento entre canciones, bailes y bebida el momento de anudarse el pañuelo al cuello. Un mar de pañuelos rojos recibió la salida al balcón de El Tuli quien, acompañado por el alcalde reivindicó la participación de las mujeres en las fiestas.