Un estudio de la Universidad Complutense avala que el pan no engorda. Y yo con estos kilos. Esta son las noticias que a uno le gusta leer. Sobre todo, a la hora del bocadillo. La investigación incide en que mucha gente ha sustituido el pan por otros alimentos que resultan ser más ricos en grasa y proteinas. Tenemos casi un treinta por ciento de paisanos con sobrepeso y la culpa siempre va al pan. Ya tenemos aquí una injusticia con mucha miga.

El pan se consume en una cantidad muy inferior a lo aconsejable, afirma la catedrática de Farmacia Beatriz Navia, que está presentando el estudio estos días en varias ciudades. Resulta además que al 95% de los encuestados les gusta el pan. El otro cinco deben ser marcianos. Te puede gustar o no la calabaza o el brócoli, el chorizo o la sandía, pero hay que estar hecho de una pasta muy especial para que no te guste el pan. O sea, ser un espagueti.

En algunas provincias se consume mucho más pan en el desayuno que en otras, que lo prefieren en el almuerzo o cena. Esto tiene varias lecturas. La principal es que tenemos encuestadores hasta en el desayuno. El consumo de pan, no obstante, ha disminuido en España. Hemos pasado de los ciento y pico kilos por persona y año de hace unas décadas (sí, una pasada) a los actuales treinta y pocos. O sea, antaño, el pan era imprescindible, básico, casi el alimento principal en no pocas casas. Ahora no. Bendita variedad, sí, bendito desarrollo económico. Pero a veces uno no sabe si esto es producto del refinamiento o del embrutecimiento. El pan nuestro de cada día es cada vez más pequeño. Con el pan ha pasado como con los yogures o los zumos o tantas cosas. Antes había uno. Un tipo, una clase. Y punto. Una barra. Ahora hay molletes, de molde, integral, chapata, viena, pitufo, baguette y hasta con pasas y aceite de oliva, pecado este que tiene uno bien catado y conocido por la cercanía de un establecimiento que bien nos lo pone a la vista.

"Crecí besando libros y pan. Desde que bese a una mujer, mis actividades con el pan y los libros perdieron interés", afirma Salman Rushdie. Viva el pan, vivan los libros y vivan las mujeres, añade uno en su modesta condición de fan de esos tres conceptos o colectivos. Faltaría el vino para que la felicidad fuese completa. Incluso algo que llevarse al pan. Sí, querido lector, efectivamente, "no sólo de pan vive el hombre". A ver si iba a creer usted que íbamos a perpetrar un artículo sobre este alimento sin citar el famoso adagio o tópico. Estaríamos dándole una insulsez. O sea. No nos estaríamos ganando el pan.