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Sol y sombra

La solución "a día de hoy"

Pedro Sánchez ha dicho, tras reunirse con el presidente en funciones, que el PSOE siempre "estará en la solución" pero que la solución "a día de hoy" no puede ser que la alternativa apoye al PP para formar un gobierno. En último caso hay que entender que se trata de una negativa más retórica que el "no es no" al "corrupto e indecente" de Rajoy. Rivera, a su vez, ha avanzado en su estrategia para situarse esta vez en la "abstención favorable" al PSOE. Algo ha mejorado: hasta ahora de haberse dedicado a la tauromaquia su nombre en los carteles sería el niño del veto. El problema es que para facilitar la gobernabilidad a quien por sus mayores posibilidades le corresponde, después de haber quedado el primero y a una ventaja considerable en las últimas elecciones, la simple abstención de C's no solucionaría gran cosa. De la abstención de todos, en el caso de producirse, cosa que es improbable, saldría un pastel precario. Si Rivera no lo sabe, debería saberlo. Su partido, aunque sólo fuera por su supervivencia, tendría que apoyar la investidura a cambio de fijar unas contrapartidas y situarse en el lugar del tablero que le corresponde. Dando vueltas no hará más que minar sus posibilidades en el supuesto de que haya unas terceras elecciones y los votantes crean que su papel es intrascendente para el regeneracionismo que predicaba. El PSOE, más que dejarle la prerrogativa del "no" a su verdadero rival, Unidos Podemos, tendría, a su vez, para convertirse en solución, que ordenar a un puñado de sus diputados que se ausente de las votaciones. A no ser que el plan de Sánchez sea, erre que erre, convertirse desde un primer momento en alternativa contra lo que piensan algunos barones de su partido. O que cunda el ánimo de nuevos comicios en noviembre.

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