La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entre líneas

El Polisario, entre la ignorancia y la indiferencia

Uno pregunta: "¿Dicen que los males de este mundo son la ignorancia y la indiferencia?" Y la respuesta más cínica podría ser: "Ni lo sé ni me interesa". Ya vemos que sí, que muchos individuos sólo estamos interesados en una parte de la realidad, la que se acerca más a nuestros deseos y empeños. El cerebro tiene esa gran plasticidad, la de tratar de hacernos felices, entre la ignorancia y la indiferencia.

La neuropsicología nos está dando algunas pistas para confiar poco en nuestro criterio consciente. En un experimento de esta disciplina científica realizado en Alemania se publicaron palabras en turco en la primera página de un periódico, durante varios días, que la mayoría de los alemanes no entendía. Luego se les preguntó a los lectores cuáles consideraban las palabras verdaderas, con sentido. Y resultó que era las que más se habían repetido. Así que tenemos la tendencia a creernos las cosas que nos repiten más a menudo, las más familiares, aunque sean mentiras. Esa es una gran verdad en la ciencia de la comunicación, sobre todo en la política.

Cuarenta años después de la salida de España del Sahara Occidental, ¿qué piensan los españoles acerca del conflicto? Según el barómetro de 2015 del Real Instituto Elcano hay "una caída nítida del porcentaje de los que creen que España debería apoyar la independencia del Sahara, mientras que se mantiene igual la opción de que se apoye su conversión en una región autónoma dentro de Marruecos".

En conjunto, concluye la encuesta, el asunto interesa menos a los españoles, lo que se refleja en que más de la cuarta parte no tiene opinión sobre el tema. Los militantes de izquierda, más proclives a la independencia del Sahara, atribuyen este estado a lo que llaman la "fatiga del donante", pero también puede que sea ignorancia e indiferencia de la población española.

Los españoles ignoran la caricatura en la que se ha convertido el Frente Polisario, aunque deben intuirlo a la vista de la falta de respaldo creciente. Quien sí lo conoce bien es Claudia Barona, profesora e investigadora del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad de las Américas, en Puebla (México), que hace una serie de reflexiones clarificadoras sobre la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en el libro Sahara Occidental. 40 años después. Claudia Barona ha hecho un trabajo de campo en las dos partes en conflicto, con entrevistas a los propios saharauis.

Cuando se creó el Polisario, los ancianos cedieron el poder a los jóvenes. Fueron las mujeres el eje de la organización de los campamentos de refugiados, pero ellas quedaron fuera de la dirigencia nacional. Con el paso del tiempo, los desequilibrios sociales fueron más patentes, dando pie al descontento. La población joven sólo ve salida a través de la emigración. Mientras, no ha existido la voluntad política de romper con la dependencia de la ayuda humanitaria "convertida en negocio de las altas esferas del Polisario".

La preeminencia de la seguridad en tiempo de guerra llevó a algunos miembros del Gobierno a confundir su función política con la autoridad y a hacer uso de la fuerza. De esta manera, la crisis, de clase o de tribu, sale a la luz, y se agudizó en los últimos tiempos con la llegada de refugiados de estómago de Mauritania.

La situación actual es que las nuevas generaciones piden ma-yor participación política y más democracia. La corrupción, la mala gestión de la ayuda humanitaria y el inmovilismo les llevan a afirmar que los líderes han perdido la credibilidad y el respeto de su pueblo. Hay disidencia, aunque no hay una oposición estructurada a la actual dirección del Frente Polisario.

Mientras, el Gobierno del Polisario casi se limita a la captación y a la gestión de ayuda humanitaria y de recursos. La falta de identidad y de proyecto político, de acuerdo a los valores de libertad y democracia, ha dado como resultado que todos los elementos de la RASD "sean una pura fachada", mientras prevalece la naturaleza tribal, de repartos y alianzas. "Tanto el Frente Polisario como la RASD maximizan el ejercicio de influencia grupal para obtener una ganancia personal", concluye Claudia Barona.

Uno de los padres de esta situación en los campamentos de Tinduf es el recién elegido presidente del Frente Polisario, Brahim Gali, cabo de las Tropas Nómadas españolas que tuvo el beneplácito de los españoles de no ser juzgado por traición cuando desertó de su unidad. Gali, que tuvo su cargo más importante como ministro de Defensa durante la guerra con Marruecos, no supone ninguna esperanza -como líder de la gerontocracia del Frente Polisario- para los saharauis.

Compartir el artículo

stats