Y otro lector, el lector 'b', aporta una inquietante información sobre qué demontres productos de limpieza se emplean en ascensores, baños públicos y alguna que otra biblioteca para que sea olerlos y cogerse un alergia del carajo la vela. Y sentencia algo curioso. "Mire don Fernando, una cosa es que le echen lejía para que huela a limpio, y otra muy distinto que se haya limpiado de verdad". Frase digna de entrar en el catálogo del confusionismo.