La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Zigurat

La Turquía que viene

Quien visite Turquía sabe que está más cerca de Oriente que de Occidente, y así se percibe en las calles, mercados, plazas o minaretes y no tanto en la universidad: pero las cosas empezaron a cambiar cuando Erdogan llegó al poder. La violenta represión en el Parque Taksim Gezi, en mayo de 2013, dejó en evidencia cómo de opresor puede ser el gobierno islamista que dirige los asuntos del país.

Dicen que una facción política que confiesa el islam, que lo adopta como código moral, religioso, jurídico o educativo, cuyo cabeza pensante está en EEUU autoexiliado y que desde allí ha movilizado a su secta en toda Turquía para intentar un golpe de estado: aquí falta algo; en este cuento sobran muertos y detenidos y se demanda más claridad en las investigaciones.

Aquí nos pasó un tanto de lo mismo: aún está por saber quiénes estaban detrás del 23 F y no solo los que ya no están porque han ido muriendo contando su verdad que hasta ahora nadie se cree, sino por los que aún están por ahí libres y conspirando.

Erdogan cuenta con un amplio apoyo, porque ha querido que funcione un estado entre la tradición -la Sharia, las madrasas, las mezquitas- y el turismo de masas, la economía de mercado, un ejército laico, su pertenencia a la OTAN y su intención de entrar en la Comunidad europea, para lo cual tiene que tener los requisitos que se le piden, que pivotan entre la libertad de culto y el librepensamiento. Pero Erdogan no ha dado tregua a los disidentes, a los medios de comunicación independientes, a los que se expresan en las redes sociales y la persecución de todo sospechoso de subvertir el orden.

Ahora que se acercaba a Israel de nuevo, y también a Rusia, con los que mantenía serios conflictos, que se avenía a las conversaciones de Ginebra -con una oposición rotunda a los kurdos sirios- y que quería tener más influencia en Oriente próximo, portarse bien con los refugiados, ahora es cuando se le escapa una parte de la sociedad, militares, profesores, escritores, religiosos e intentan sacar del poder al casi todopoderoso presidente. La cifra de arrestados demuestra que una parte importante de los alzados tenía apoyos tanto dentro como fuera del país, y ya ha surgido el primer roce: acusar a EEUU de estar detrás de este intento.

Desde luego la rebelión que tiene a los turcos en la calle no ha sido un paseo ni un ensayo fallido: iban a por todas y ahora toca saber cómo es posible que a un servicio de inteligencia tan potente como el turco, que tiene que estar con ojos en Europa, en África, en Oriente y en Asia, se le haya escapado un golpe que por la información que cae a cuentagotas es más oscuro que lo que dicen. Y cómo creen ustedes que ha parado -por ahora- el estallido social, pues usando las herramientas que censura abiertamente, que no son otras que las redes sociales.

Nunca lo tuvo tan difícil desde la Primera Guerra Mundial, porque como sabemos este tramo de la historia es crucial para el mundo y para los turcos ignoto. La región entera está siendo agredida por numerosos grupos armados de orientación ideológica disímiles y muy activos. Estambul, Ankara y otras ciudades han sido atacadas repetidamente. La nación kurda -en Siria han declarado un Estado federal- que se derrama por Siria, Irak y Turquía quiere su estado federado o autonomía plena y en ellos ve el gobierno de Ankara un enemigo a batir.

Si ya de por sí el foco de atención del mundo está en Siria y sus guerras, entramos en la dinámica de analizar si es posible en la comunidad europea un golpe de estado y sus consecuencias. Y también si es posible que un país donde exista de nuevo la pena capital puede estar en la Europa de la que otros se están marchando.

Compartir el artículo

stats