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Todos con Marhuenda

Espejo público (Antena 3) el pasado viernes. Abordan el papel del rey en la ronda de consultas y Paco Marhuenda abre acercando una cerilla al polvorín: "Al rey no hay que pedirle nada. Hombre, él podrá opinar porque es un ser humano, es un hombre muy inteligente, muy inteligente. Sería, y perdón por la ironía, un gran presidente de la República, quizás el mejor que pudiéramos encontrar porque es una persona de una formación y de una calidad humana extraordinaria". Marhuenda juega con fuego, pero no hay explosión. Solo hay que entender y perdonar la ironía. Hágase su voluntad y prosigamos.

También el día anterior Espejo público jugó con fuego, pero no avisó. Por eso no se entendió la irónica entrevista que tanto los tertulianos como la presentadora (Sandra Golpe, sustituta de Susanna Griso) hicieron al diputado de Unidos Podemos Diego Cañamero. Se les acusó de mala educación, de usar un inaceptable tono señoritingo de menosprecio y condescendencia, de intentar ridiculizarlo tratándolo como no se atreverían a tratar a ningún otro diputado, de caer en el paternalismo y el griterío, de insultar a las personas que representa, de despreciar lo popular con sus risitas. Se trata de la misma ironía que tampoco se apreció en el comentario de Ana Rosa Quintana cuando dijo, también de Cañamero: "No se puede sentar en el Congreso alguien que dice el pograma". Y también por eso le están dando tanta leña a la pobre señora.

Al menos, Marhuenda avisa de la ironía. La ironía de decir que el rey es un ser humano cuando todos lo somos pero solo él es rey. La ironía de asegurar que es un hombre inteligente cuando heredó el título de rey por ser hijo de rey y hombre (varón), y no por inteligente. La ironía de afirmar que sería un gran presidente de una República que él obstaculiza porque, contra todo ideal republicano, se le pagó una formación privilegiada como rey. La ironía de rematar con que es una persona de una calidad humana extraordinaria cuando se niega a que los ciudadanos podamos evaluarla y votar. Así que todos con Marhuenda, ¡viva Felipe Borbón y viva la República!

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