La Provincia - Diario de Las Palmas

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Cien líneas

Cataluña

Nada es como parece, así que el chino del edificio España resulta que es un señor de Murcia que encima se llama Trinitario Casanova, un nombre mucho más exótico que Wanda y qué decir de su empresa intitulada Baraka.

Nada es como parece, así que las mieles sumatorias del martes se volvieron hieles divisorias el miércoles y a ver si este jueves hay milagro pero, de pronto, todo apunta a unas nubes muy negras dispuestas a descargar en el próximo otoño con la vitola de las terceras elecciones generales encadenadas, suma y sigue.

Vamos a ver, señores míos. Hace de esto un año, tanto Rajoy como Sánchez se refirieron y no de soslayo a la necesidad de reformar la Constitución. No concretaron porque ciertamente no existe necesidad y menos urgencia... salvo que se quieran hacer modificaciones sustanciales para tenderles puente de plata a los separatas.

Los independentistas lo intentaron por las malas y fracasaron así que ahora no queda otra que aplicar la famosa doctrina Fernández Miranda: de la ley a la ley.

Un cataexit pactado, bendecido, con todas las mañas dizque democráticas y festejado urbi et orbi. Esa es la gran pieza del juego. Lo demás, temas tasados.

La política económica la dicta Bruselas; Obama dejó bien claro el otro día en Rota que fuera de la OTAN no hay salvación; Sanidad, Educación y tal y tal y tal, terreno de la demagogia social podemita; Justicia para los injustos y del resto de la tarta apenas migajas.

Nada es como parece salvo que se agudice la vista. Y en ese caso, en el horizonte solo se ve una palabra: Cataluña.

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