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CRÍTICA Clausura del Festival de Trompeta de Maspalomas

Cuando los metales mandan

Dirigida por Josep Vicent, la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria cerró el Festival 2016 con un interesante programa. Los cinco instrumentistas del Spanish Brass Ensemble (dos trompetas, trompa, trombón y tuba) fueron solistas del Concierto de Salvador Brotons, novedad atractiva por su carácter desenfadado y alegre, la inteligente fusión de los metales con la plantilla sinfónica, rica en percusiones, y por el jugueteo tonal/atonal del lenguaje. Los dos movimientos ligeros abundan en figuras de virtuosismo rítmico y en variaciones ornamentales de buen efecto, ágilmente imbricadas en el discurso unitario que reparte equilibradamente la escritura orquestal y la solística, con un tiempo central andantino de muy grata declamación melódica. Por su nivel de excelencia, fue lo más ovacionado del programa.

Había empezado con la obertura de Guillermo Tell, la última ópera de Rossini. Magníficas intervenciones del violonchelo, el corno inglés y la flauta en la introducciòn cantabile y una espectacular lectura de los temas heróico-mundanos, construidos sobre el eje contundente de los tres trombones. Brillantez y animación progresiva en toda la pieza.

En la segunda parte escuchamos la Séptima Sinfonía de Beethoven, lo menos satisfactorio de la velada. Estas obras geniales de gran repertorio exigen tantos ensayos como si fueran novedades, por su dificultad y por la interiorización de las muchas versiones canónicas que están al alcance de las audiencias en directo y grabaciones.

El maestro Vicent optó por la velocidad, que no es desechable a condición de una ejecución perfecta. Hubo calidad y precisión en el primer movimiento y en el tercero, pero el inefable allegretto perdió cantabilidad en la excesiva cuadratura, y en el final, vertiginosamente atacado, la acentuación de los acordes binarios se tragó el tema principal. En su decurso se oyeron desajustes del tempo y una cierta suciedad en 'arrastres' instrumentales que no seguían con exactitud los golpes de batuta.

En cualquier caso, el público disfrutó y celebró el estimulante cierre del Festival que dirige el trompetista y pedagogo Sebastián Gil.

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