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Aforismos y expresiones canarias

Mordiendo y soplando, como los ratones

Dice la sabiduría popular -no sé si el saber científico lo corrobora- que los ratones soplan cuando muerden. Seguramente para evitar alertar a la víctima por el dolor que pueda provocar la dentellada. Sobre todo cuando ésta duerme. Tendría el soplido en tal caso un efecto anestésico. La veracidad de tal creencia probaría la gran astucia de estos roedores.

Aunque hay quienes atribuyen a este dicho una significación negativa (para referirse a la persona falsa e hipócrita), no compartimos tal sentido, y mucho menos la exclusividad de este. Tal como la conocemos, la expresión se usa para alentar el buen hacer, la diligencia y la predisposición a afrontar una tarea que exige tenacidad y constancia. Valores presentes en quien actúa sin alboroto ni hacer ostentación, sino más bien con sigilo, discreción y entrega. 'Calladito la boca' o 'a la chita callando'. Pero sobre todo infunde ánimo, confianza y perseverancia: 'al tun, tun' o 'al golpito', que se diría.

Curiosamente, para los primitivos 'soplar' (en su significado profundo) es un acto creador que infunde y despierta la vida, aumenta la fuerza o cambia su rumbo. No en vano, en la cosmogonía judeocristiana se recrea el mito de la creación del hombre por el 'soplo' del creador que insufla vida. Figurativamente, se suele hablar del 'aliento vital' o 'soplo de vida'. Por el contrario, cuando una persona fenece, se utiliza la metáfora: espiró su último aliento. De igual forma, las culturas chamanísticas contemplan el soplar entre sus ritos, lo mismo que los curanderos. Valga la imagen de los santeros cubanos que exhalan el humo de un habano sobre la persona conjurada o sobre el objeto fetiche, con poderes de purificación.

La 'mordedura', por su parte, como la mayoría de los símbolos puede presentar un doble significado: místico y psicológico. En el sentido místico -según algunos simbolistas- la huella de los dientes equivale al sello, la impronta del espíritu sobre la carne (ya que los dientes son "la muralla del hombre interior" o espiritual).

En otro aspecto, cuando se trata de la mordedura de un animal es símbolo de la acción repentina y peligrosa de los instintos sobre la psique. En tal sentido, en el dicho comentado, creemos que la mordedura es sinónimo de 'agresividad', pero entendida con el valor propio de afrontar algo o plantear batalla con entrega y entereza. Por tanto, puede tener un sentido positivo. Cuando alguien está a punto de iniciar un asunto de interés o por emprender una actividad que considera trascendente, y de cierta complejidad, suele utilizar la expresión: 'hincarle el diente' (locución coloquial que quiere decir: 'acometer las dificultades de un asunto'). Lo que da un evidente sentido positivo al gerundio 'mordiendo'. En el 'soplando' se plantea una clara incompatibilidad con el hablar -pues sería algo funcionalmente imposible- lo que confirma la abnegación y entrega, la dedicación al trabajo silencioso, sin ruidos, de quien se empeña con astucia y tesón. Es decir, de quien con sagacidad se dedica enteramente, con constancia y empeño a una labor: 'mordiendo y soplando, como los ratones'.

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