En los últimos cincuenta años la población mundial ha pasado de 3.000 millones a 7.000 millones de habitantes, y las perspectivas de Naciones Unidas en su informe World Population Prospects son que en los próximos cincuenta años la población continúe creciendo hasta alcanzar los 10.000 millones de habitantes. Este periodo además estará caracterizado por una ralentización de la tasa de natalidad al mismo tiempo que se produce un aumento de la esperanza de vida que genera un cambio en la estructura generacional de la población que está conduciendo progresivamente a su envejecimiento. Tal como afirma el demógrafo James Vaupel, este efecto es más intenso en los países desarrollados, de modo que los niños nacidos en 2000 vivirán más de 100 años. Como referencia principios del siglo XIX la esperanza de vida en Suecia, la mayor del mundo, era de 45 años. Actualmente, la esperanza de vida aumenta dos años y medio por década, lo que dará lugar a que nuestros jóvenes sobrepasen los 100 años, y sus nietos los 120 años de vida. (www.rtve.es/television/20111014/claves-para-aumentar-esperanza-vida/468355.shtml).

Hasta ahora se clasificaba a los mayores dentro de la tercera edad pero la evolución y las mejoras sanitarias está creando un nuevo espacio: el Cuarto Espacio. Podemos así categorizar el Primer Espacio como el periodo desde que naces hasta que decides qué aprender. El Segundo Espacio, que comprende el periodo en el que nos formamos para aportar a la sociedad en aquello que nos gustaría poner en práctica en un futuro próximo. El Tercer Espacio, actualmente el periodo de producción en el que la mayoría con nuestro trabajo aportamos a la sociedad; y así aparece el Cuarto Espacio, del que desconocemos su tamaño pero cuya extensión nos lleva a gestionar en el presente recursos que en el futuro serán para un periodo de tiempo más largo teniendo en cuenta el aumento de la esperanza de vida.

El concepto de jubilarse a los 65 años y tener una esperanza de vida de 20 años más empieza a quedar obsoleto. En breve, en los países desarrollados las nuevas generaciones al alcanzar la actual edad de jubilación tendrán una esperanza de vida que estará cercana a los 50 años más, lo que sin duda requerirá que nuestra sociedad y costumbres evolucionen, por varias razones: en primer lugar, el aumento de la esperanza de vida se traducirá también en una mejora en las condiciones y calidad de vida, por lo que empezará a cobrar sentido que una persona pueda mantenerse activa más allá de los 65 años, adaptando su actividad a sus capacidades físicas e intelectuales. De hecho ya lo hacen los abuelos que cuidan de los nietos lo que ocurre es que no es un trabajo remunerado ni reconocido como también sucede con las amas de casa. No tiene sentido que una persona por cumplir los 65 años a la mañana siguiente deje de tener capacidad para aportar a la sociedad y a sí misma. Sin duda, las personas que no puedan realizar una actividad serán sustentadas por el resto de la sociedad de manera solidaria. La actividad es vida...

En segundo lugar, el envejecimiento de la población requiere evolucionar también para garantizar que el sistema sea sostenible. Según los datos del INE, en nuestro país a principios del siglo XX el 5,2% de la población tenía 65 años o más. En 2011 el porcentaje alcanzó el 17,3%. La previsión del CSIC es que en 2061 los mayores de 65 años en España superen el 38% de la población (www.envejecimiento.csic.es). En 2013 el gasto total anual en pensiones en España llegó a alcanzar el 10% del producto interior bruto (www.empleo.gob.es) con una tasa de crecimiento en torno al 4%. En 2013 también el gasto sanitario en España superó los 61.000 millones de euros, y en algunas comunidades autónomas como la canaria superó el 40% del presupuesto de gasto público (https://manuelromerohernandez.wordpress.com/).

Adaptarnos a las nuevas condiciones de vida requerirá educación de la sociedad, empezando por los más pequeños, que son los que experimentarán de manera más relevante los efectos del envejecimiento de la población y aumento de la esperanza de vida. Educación también a la población en general en hábitos de vida saludable destinada a mejorar sus condiciones de vida y a contener el gasto sanitario. Una parte muy importante tener presente que la educación se hace desde la familia y los niños aprenden básicamente imitando. Según la OCDE Japón, España, Suiza, Italia y Francia son los países con mayor esperanza de vida, mientras que nuestro país ocupa el puesto 23 en gasto sanitario. EE UU el país con mayor gasto sanitario per cápita del planeta, muy por encima de la media de la OCDE (8.000 dólares anuales frente a los algo más de 3.000 de media), llegan a superar un 16% del PIB en gasto sanitario, no está entre los países con mayor esperanza de vida debido a hábitos poco saludables, drogas, muertes por accidente de tráfico y homicidios (www.ocde.org). Sin duda, los malos hábitos de vida encarecen la prestación sanitaria y asistencial.

Ahora es el momento..., tenemos la oportunidad de adelantarnos, evolucionar y crear las condiciones socioeconómicas para que las nuevas generaciones puedan vivir en un nuevo edificio de sociedad donde las generaciones actuales no podremos entrar, pero sí diseñarlo y prepararlo para los que nos sucederán. Desde la Cátedra de Tecnologías Médicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (www.catedratecnologiamedica.ulpgc.es) estamos desarrollando el proyecto de investigación El Cuarto Espacio, abierto a la participación de entidades privadas y públicas con interés. La investigación tiene como fin definir los políticas de educación, así como el análisis de hábitos y condiciones de vida individual que permita a las nuevas generaciones llegar a disfrutar de un cuarto espacio en condiciones dignas de bienestar, y aprovechar lo que la evolución genética y la tecnología ponen a su alcance. ¡Cambiemos jubilación por actividad! https://www.youtube.com/watch?v=4w9rJBz-zaA.

(*) Firmado por: Manuel Romero Hernández, investigador de la Cátedra de Tecnologías Médicas de la Universidad de Las Palmas de G.C. y Manuel Maynar, director de la Cátedra de Tecnologías Médicas de la Universidad de Las Palmas de G.C.