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Papel vegetal

Los halcones no descansan

Sólo ahora, gracias a la fil-tración de numerosos documentos confidenciales, comienzan a conocerse las maniobras de los halcones del Pentágono durante la crisis de Ucrania.

La plataforma DC Leaks ha publicado algo más de un millar de correos electrónicos de los que la mayoría corresponden a los meses que siguieron a la ilegal anexión rusa de Crimea.

Rusia apoyó con armas, personal militar y asesores a los separatistas ucranianos, y el conflicto estuvo a punto de degenerar en una guerra entre el Este y el Oeste de no ser por la prudencia mostrada en ese conflicto tanto por el presidente de EEUU como por la canciller alemana.

La correspondencia dada a conocer ahora, según recoge el semanario Der Spiegel, revela la existencia de una red de auténticos halcones en torno al ex comandante supremo de la OTAN, el general de cuatro estrellas de la Fuerza Aérea de EEUU Philip Mark Breedlove.

Breedlove se dedicó durante meses a alarmar a los aliados sobre supuestos movimientos de tropas rusas, a las que la OTAN debía estar preparada a hacer frente en cualquier momento.

Según se desprende de los correos ahora filtrados, el general estadounidense exageró las actividades rusas en lo que hoy aparece como un claro intento de justificar los suministros de armas a Ucrania.

Breedlove y la camarilla en torno suyo consideraban tanto al presidente Obama como a la canciller Merkel unos "ingenuos políticos", cuya prudencia resultaba "contraproducente".

En esos términos se expresaba Phillip Karber, uno de los asesores más estimados por el entonces comandante jefe de la OTAN y personaje central de un círculo del que formaban parte Wesley Clark, también ex comandante en jefe de la OTAN, o la directora para Europa de la secretaría de Estado, Victoria Nulan.

Phillip Karber es además de profesor de la Universidad de Georgetown, presidente de la fundación Potomac, centro de estudios conservador que ayudó a los países ex comunistas a preparar su ingreso en la OTAN.

El 16 de febrero del año pasado, Breedlove envió desde Varsovia un correo a Breedlove, a Clark, y al embajador de EEUU en Kiev, Geoffrey Pyatt, entre otros, en el que les decía que era posible suministrar armas a Ucrania sin que Estados Unidos se viese directamente involucrado.

Así, por ejemplo, Pakistán estaba dispuesto a vender "bajo cuerda" medio millar de sistemas portátiles antitanques del tipo TOW 2 con un total de 8.000 misiles, y los polacos también podrían suministrar carros de combate rusos T-72 y obuses, material de la época soviética bien conservado y que no llamaría la atención por su parecido con las armas utilizadas por l Ejército ucraniano.

Tanto Polonia como Pakistán insistían, sin embargo, en que Washington diese el visto bueno, y Varsovia quería que, a cambio de desprenderse de sus viejas armas soviéticas, se le proporcionasen otras nuevas que cumpliesen los más modernos estándares de la OTAN.

Si no se atendía su petición, según Karber, las Fuerzas Armadas ucranianas estaban amenazadas de colapso en un plazo máximo de un mes.

Para irritación del general Breedlove, de su antecesor Clark y por supuesto también de Karber, no ocurrió, sin embargo, nada, y unos y otros culparon de ello directamente a la Casa Blanca de Obama, pero también al Gobierno de Berlín.

La canciller Angela Merkel y su ministro de Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, buscaban entonces desesperadamente una solución pacífica del conflicto con Ucrania, lo que los halcones interpretaron como una invitación a Rusia para que siguiera hostigando a Ucrania.

En su intento de convencer a los dos aliados occidentales de que había que rearmar a Ucrania, Clark y Karber advirtieron de que la pasividad de Occidente podía animar no sólo a Rusia, que seguiría desestabilizando a Ucrania y a otros países de su entorno, sino que estimularía también las ambiciones de la China comunista en el Pacífico.

Según Der Spiegel, en el Gobierno de Berlín han leído con interés la correspondencia del general Breedlove ya que confirma los temores que albergaban ya hace un año los alemanes sobre la "peligrosa propaganda" del ex comandante supremo de la OTAN.

Pero tampoco tranquiliza el hecho de que la eventual sucesora de Obama, Hillary Clinton, se haya manifestado partidaria de una política de "dureza" frente a Moscú. Y menos aún el que pudiera nombrar secretaria de Estado a la diplomática Victoria Nuland, a la que muchos incluyen entre los "halcones" de Washington.

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