Pese a que el panorama es como poco inquietante con el brexit y ese agujero negro cuyo poder de destrucción todavía se desconoce que es la banca italiana, la sangre que hace funcionar a la economía española, es decir el crédito, fluye cada vez con un mayor caudal. La última encuesta del Banco Central Europeo (BCE), aunque del pasado marzo cuando pocos preveían la salida del Reino Unido de la UE, pone de relieve que el acceso de las empresas a la financiación bancaria sigue mejorando, tal como acredita un reciente informe publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) en Spanish Economic and Finance Outlook.

Los datos son incontestables. Si hace no mucho un 34 % de las pymes señalaba la dificultad de acceder al crédito como su principal problema, en estos momentos ese porcentaje ha bajado hasta el 10,3 %. Por primera vez se sitúa al nivel de las pequeñas y medianas empresas europeas. Pero hay más. La diferencia entre el porcentaje de mercantiles que opina que ha aumentado la disponibilidad de crédito y el que afirma que ha disminuido es de 29,8 puntos, con lo que triplica al de las pymes de la eurozona. Asimismo, la reducción de los tipos de interés, con el precio oficial del dinero prácticamente en cero, y el aumento en el tamaño medio de lo prestado corroboran esa mejora en las condiciones de acceso al crédito, aunque el porcentaje de pymes que opina que han subido otros costes, como las comisiones, y la exigencia de garantías es superior al que las que consideran lo contrario.

El director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos, cree que el flujo de crédito mantendrá este rumbo despejado, principalmente por el optimismo que muestran, en la citada encuesta, las empresas españolas, sobre todo las grandes, respecto a la disponibilidad de financiación. De hecho, entidades que han presentado sus resultados en los últimos días, como Bankinter o el Sabadell, destacan el incremento de negocio en la financiación empresarial que han tenido en el primer semestre del año.

No obstante, esta apertura del grifo por parte de las entidades financieras no se corresponde con un incremento paralelo del volumen general de créditos en el país, seguramente porque muchas mercantiles están aprovechando la coyuntura para aligerar el elevado endeudamiento en el que incurrieron antes de la crisis. Maudos considera que, si no se detiene el avance hacia la unión bancaria europea por perder credibilidad al hacer "un traje a la medida" a la banca italiana, se consolida la recuperación y las medidas del BCE son efectivas, el acceso al crédito seguirá mejorando.

¿Dónde está el problema? En su opinión, en la demanda. Es decir, que las empresas no se deciden a pedir dinero para invertir y crecer, sea porque están escarmentadas de excesos pasados o por prudencia o porque no lo necesitan. Por tanto, es indispensable cambiar esa tendencia para que la recuperación no sea flor de un día.