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En voz alta

Figura imprescindible en las últimas décadas

Con la muerte de Gustavo Bueno desaparece un gran filósofo y una de las figuras imprescindibles de la cultura española en las últimas décadas. De Gustavo Bueno sorprendía, ante todo, su saber enciclopédico e interdisciplinario, su enorme cultura, a los que unía una poderosa capacidad creativa que tuvo su expresión más reconocible en un complejo, riguroso y profundo sistema de pensamiento que fue elaborado en el diálogo constante con las ciencias y con la entera historia de la filosofía desde los griegos hasta nuestros días. El peso de su obra aglutinó en torno a su figura a un notable grupo de discípulos y simpatizantes ("Escuela de filosofía de Oviedo"), que han desarrollado sus ideas en diversas direcciones.

Debe señalarse también como peculiar de la personalidad de Gustavo Bueno que era un gran polemista, que destacó por su espíritu crítico y combativo, que se vio, por ello, envuelto en varios acalorados debates y que fue objeto de durísimos ataques por parte de críticos de la más diversa procedencia. A nadie puede sorprender, desde luego, que se le llegara a calificar de todo lo que uno pueda imaginar: desde estalinista hasta fascista. Tuvo influencia en esto también su particular evolución, pues, si en los años 60 se opuso al franquismo desde principios propios de un marxismo heterodoxo muy personal y defendió puntos de vista comunistas, luego pasó a identificarse con una izquierda materialista crítica con las izquierdas dominantes en España y, finalmente, a defender posiciones que muchos no dudan en calificar de conservadoras.

G. Bueno se dio a conocer del gran público por su participación en muchos debates y programas de televisión (entre ellos, Gran Hermano). El tema de la televisión le interesó mucho y le dedicó varios libros (Telebasura y democracia, Televisión: apariencia y verdad). En realidad se ocupó de los más diversos temas, en escritos intensamente críticos, provocadores en ocasiones, y que suscitaron algunas polémicas muy sonadas. Criticó a las nacionalidades, a los independentistas, a las izquierdas (El mito de la cultura, El mito de la izquierda), a Zapatero (Zapatero y el pensamiento Alicia. Un presidente en el país de las maravillas), a las religiones (La fe del ateo), y entre ellas al islam. G. Bueno, ateo radical, sostenía que el materialismo y el racionalismo filosóficos tenían que poner en cuestión los fundamentos del islam, lo que dio lugar a que se lo acusara de islamófobo.

Pero de G. Bueno permanecerá sobre todo, en mi opinión, su pensamiento más académico y profundo, especialmente el materialismo filosófico, que expuso en Ensayos Materialistas (1972), y al que presenta como un programa que exige ser desarrollado en los campos de la ontología, la gnoseología, la filosofía de la religión, la historia de la filosofía, la idea de España, etc. Remando contra corriente, G. Bueno reivindicó la ontología en un momento en que muchos creían que podía prescindirse de ella de forma definitiva, e hizo ver que la misma práctica de la ciencia, en nombre de la cual algunos declaraban superado al pensamiento especulativo, remitía a una ineludible ontología materialista. En España frente a Europa discute la naturaleza de la identidad y de la unidad de España y defiende que España fue imperio antes de ser nación política, lo que provocó la dura crítica de sectores de la izquierda y de los nacionalismos, que lo tildaron de nacionalista español. La filosofía de la religión fue otro de los ámbitos en los que G. Bueno aplicó los principios del materialismo filosófico. En El animal divino aborda la cuestión del origen de las religiones y expone que estas surgen en un proceso que comienza con el culto a los animales. En la gnoseología es donde el materialismo filosófico da resultados más notables. El asunto es tratado en La teoría del cierre categorial, proyectada en 15 volúmenes y que puede ser considerada la gran obra de su vida. En ella G. Bueno ofrece una teoría de la ciencia reconocida por muchos como una de las aportaciones incuestionables de la filosofía española al pensamiento europeo de la segunda mitad del siglo XX.

(*) Profesor de Filosofía del Istic

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