Un atento lector de La Isleta comunica la serpiente veraniega que circula por el istmo. No se trata de un teleférico, que este es un proyecto real. Se trata del temor que desata entre los arrendatarios de locales la temida marcha de los chinos que son buenos pagadores ante el final de sus bonificaciones fiscales. No hay tal. Tranquilos, propietarios. Los chinos pagan como todos. Y los que se vayan es que el negocio va mal. Nada más y nada menos.