Vista la siguiente pancarta desplegada con ocasión de la visita del papa Francisco a Cuba: "Welcome Potato", junto a una imagen del pontífice, para que quedara bien claro el destinatario de la bienvenida.
Se me ocurre el siguiente diálogo previo en el taller de afiches y carteles: "¿Reinaldo, cómo se dice papa en inglés?" "¡Potato!" "Ah, gracias".
¡Jíncate esa papa!
Escuché el otro día uno de esos retazos de sabiduría que las más veces nos vienen de nuestros progenitores, y que nos acompañan a lo largo de nuestras vidas. Ya saben "...mi padre siempre me decía..." En el presente caso un ingeniero compañero mío me refería uno de esos consejos, regalado por su jefe y colega: "Los ingenieros en realidad no conocemos gran cosa, y hemos de dejar que los que saben resuelvan las incidencias que les son familiares. Pero en algunos casos, se presenta un problema de verdad, y es entonces cuando tienes que estudiarlo, intervenir a muerte, hasta el fondo y sus últimas consecuencias, y resolver el tema. Ese es tu papel y por el que te ganarás el respeto de tu entorno".
Y metidos en manuales de consejos para la vida, me viene a la memoria una colección de recomendaciones de Jackson Brown a su hijo cuando éste se fue a estudiar a la universidad, y que por su popularidad terminó publicándose en forma de libro El pequeño libro de instrucciones para la vida. Me voy a permitir citar tres de dichas admoniciones:
"Cásate con la persona correcta. De esta decisión dependerá el 90% de tu felicidad o tu miseria". Creo que esta elección, junto con la del trabajo o profesión es la que marcará sin duda los derroteros de nuestras vidas, y por eso es con diferencia la más comprometida.
"Confía en la gente, pero cierra tu coche con llave". Aunque por supuesto suscriba dicha recomendación, me doy cuenta que en realidad siempre he preferido no desconfiar del prójimo, aun a riesgo de llevarme alguna decepción ocasional (y quedarme sin coche).
"No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene". Si se paran a pensar, verán que aunque en teoría suene bien se requiere una actitud rozando la santidad para aceptar consejos de algunos chafalmejas, cuando te consta que de cien ideas sólo aciertan una.
Y va uno más, que no sólo suscribo con entusiasmo y conocimiento de causa, sino que además me permite cerrar aquí mi homilía de este jueves:
"Cuando necesites un consejo profesional, pídeselo a profesionales y no a amigos".
