La Provincia - Diario de Las Palmas

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Aforismos y expresiones canarias

¡Cógelo, Cuco!

Expresión coloquial de jerga 'vacilona', creemos más propia de ambientes rurales en vías de aculturación urbana, que se puso de moda en la década de los setenta del pasado siglo. Puede decirse que vino, en cierto modo, a sustituir a otra locución lexicalizada de orden más clásico y sobreviviente a los modismos: '¡Échale un galgo!'. Ésta de uso habitual, todavía hoy, para referirse a una oportunidad perdida -en el sentido más figurado- que se esfuma ante nuestros ojos, aun cuando lo que se nos escapa o perdemos sea de menor entidad o de escasa importancia; o bien cuando se evoca una empresa o propósito muy difícil de alcanzar.

Cuco es diminutivo de Pacuco, y este -a su vez- hipocorístico de Francisco, personaje figurado a quien se alude aquí como héroe-antihéroe de la lexicalización popular.

El '¡cógelo, Cuco!' se convirtió en su tiempo en suerte de muletilla graciosa -o que pretendía serlo- a la que se echaba mano para casi todo. En ocasiones se acompañaba de un chillido estridente y burlón, casi tribal, que remataba la gracia.

Pero como asevera el dicho: vale más caer en gracia que hacerse el gracioso (o algo así). Y el manoseo en su uso fue tal que acabó rozando la horterada, llegando hasta la ahitera. Motivo por el cual seguramente no cuajó ni penetró en el inventario del imaginario colectivo de expresiones significantes que perviven en el acervo popular.

Aunque rozando lo anecdótico, hace unos años fue rescatado dentro del lenguaje parlamentario por cierto diputado del Parlamento canario (más tarde ministro de Fomento en el gobierno central) que haciéndose el graciosillo, con cierta sorna, largó un 'cógelo, Cuco' en plena intervención queriendo emular -quizás- a aquel: 'guárdame un cría'. La anécdota, a lo mejor, puede valer para ilustrar la deformación semántica sufrida en su versión originaria por la incontinencia en recurrir a esta y el uso desmedido en su época. Del 'cógelo, Cuco' podría decirse que mostró su carácter efímero o biodegradable -si se me permite el símil 'modehno'- al fenecer como tal locución dentro del amplio repertorio de dichos y expresiones al uso en Canarias. Pero no tanto por lo anticuado o las imposiciones de otros modismos, sino por una especie de empalague hortera que, ahora, con el paso de los años, a quienes la escuchamos en nuestra niñez o juventud, nos evoca una sonrisa, casi de cariño y añoranza, y hasta nos resulta simpática. Como un nostálgico de viejos usos, permítaseme que la 'pronuncie' una vez más en público con la entonación característica de una época: ¡Cógelo, Cuco!

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