La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dos veces breve

Si se hace tendencia, apaga y vámonos

Habrá intereses, habrá oscuros vínculos, habrá incluso una estrategia, pero lo que de veras une al multimillonario candidato a la presidencia Donald Trump y al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, y les unía ya antes de que se cortejaran en público, es el estilo.

Hay una comunidad de estilo entre ambos, que podrían compartir, con matices, con Nicolás Maduro, Silvio Berlusconi, el viejo Jean-Marie Le Pen o incluso Recep Tayyip Erdogan, aunque la semejanza de éste sea más de fondo que de formas.

Es un estilo faltón, energuménico, brutal si hace falta, chulesco, jactancioso, matón. La razón de su evidente éxito es que conecta con una parte más o menos secreta (según individuos) de nuestra personalidad, con una cara oculta de nuestro poliedro.

En el fondo del fondo es un afloramiento del macho supremacista que se resiste a morir, lo que hace que el combate entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos de Norteamérica Hillary Clinton-Donald Trump revista una simbología que supera el registro de la lucha política, y afecte a la jerarquía de arquetipos dominantes.

Compartir el artículo

stats