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Opinión

¿Recuerdan el "tren vertebrado" y el Tívoli?

La noticia veraniega del proyecto de instalación de un teleférico que uniría el Puerto con La Montaña del Vigía en La Isleta ha suscitado una gran polémica en los medios de comunicación locales, huérfanos de noticias durante este mes de agosto más allá de las olímpicas y de los habituales cotilleos veraniegos.

Observo que son más los pronunciamientos en contra que a favor y que, salvo error, solo he contabilizado entre estos últimos a nuestro alcalde con el desacuerdo, por si fuera poco, del gobierno; al presidente de la Autoridad Portuaria y, por supuesto, al propio promotor del proyecto.

Dejando de lado las consideraciones estéticas, ecologistas y administrativas, especialmente, las que puedan provenir del Ministerio de Defensa, etcétera, creo que no debemos olvidar como un elemento a tener en cuenta para oponernos a este proyecto el recuerdo de dos instalaciones cuyos restos tuvimos el dudoso honor de disfrutar durante muchos años los vecinos de nuestra ciudad, y me refiero a la estructura del tren vertebrado y al fracasado proyecto del parque de atraccio- nes Tívoli, fruto en ambos casos de estrepitosos fracasos económicos.

Toda inversión, por pequeña que sea, requiere desde el punto de vista económico un análisis previo que cuando menos debe de ser concienzudo, realista e ir más allá de "el papel lo aguanta todo" y ya no les cuento cuando se habla de una inversión de este calibre y se pretenden captar capitales ajenos y fondos europeos para su desarrollo.

Sin poder entrar en detalles, dado que desconozco los números que manejan los promotores de la idea, y tan solo con los escasos datos de que dispongo obtenidos de las noticias periodísticas y unas visitas a las páginas web de teleféricos operantes en España, he tratado de hacerme una idea al respecto.

Los datos tenidos en cuenta y los comentarios que me sugieren los mismos son los siguientes:

La inversión se estima en 10,5 millos de euros. Para ello se pretende captar capital privado, y recurrir a los socorridos fondos europeos, que no sé yo si a estas alturas están para estos menesteres.

Se prevén 300.000 usuarios al año cuando el teleférico de Madrid registra, al parecer, una cifra inferior a 230.000, siendo las previsiones de 600.000 y creo que el mercado potencial de la capital española entre ciudadanos y visitantes es bastante superior al de nuestra ciudad.

En cuanto al precio -desconozco si es un solo trayecto o ida y vuelta- se baraja la cantidad de 18 euros por persona, 10 en el caso de los residentes, siendo en Barcelona el precio de 11 euros por trayecto y 16,5 euros en el caso de ida y vuelta, entre 13 y 14 euros en el caso de Benalmádena, y en torno a los 6 euros en el caso de Madrid, siendo en estos dos últimos casos los precios para los dos trayectos.

Con todo ello, el retorno de la inversión se prevé en cinco años, o sea, a un ritmo del 20% de rentabilidad anual. Obviamente, habría que aclarar si esa rentabilidad se refiere a la parte de la inversión sufragada con fondos propios o si se refiere a la inversión total. Si es en este último supuesto, sinceramente, con esta previsión no entiendo cómo no está el mundo lleno de teleféricos.

En mi opinión, y a la vista de los pocos datos de que dispongo, que insisto son mínimos, creo que esta aventura, al menos en el aspecto económico, tiene poco recorrido y, probablemente, con el transcurso de los días se vaya diluyendo hasta el próximo proyecto estrella y nos tranquilicemos al respecto, o ¿no se acuerdan ustedes de la noria del parque de Santa Catalina de hace unos años?

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