El rey Juan Carlos I asistió, junto a su hija mayor, la infanta Elena, al festejo de ayer de las Corridas Generales de Bilbao. Cinco minutos antes de que arrancara el paseíllo, don Juan Carlos y su primogénita ocuparon la delantera de uno de los palcos de la plaza de toros de Vista Alegre, donde presenciaron una corrida en la que alternaron Enrique Ponce, el Juli y López Simón, ante toros de Domingo Hernández, unos toros con seriedad y buena presencia, aunque de distinto cuajo y remate.

El Rey Juan Carlos, que ya estuvo hace nueve días en la plaza de toros de San Sebastián la tarde en que actuó José Tomás, fue recibido con una generalizada ovación del público bilbaíno, aunque también se escucharon algunos pitos esporádicos.

Es muy sabido el gran apego que sienten don Juan Carlos y su hija mayor, la infanta Elena, y los hijos de ésta, Froilán y Victoria Federica, por el mundo taurino, una afición que no parecen compartir, sin embargo, ni doña Sofía ni los actuales monarcas, Felipe VI y Letizia Ortiz.