La Provincia - Diario de Las Palmas

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Oiga... oiga... ¿Ya comenzamos?

Todavía están húmedos los párpados de lágrimas de alegría por espantar sombras de peligro con aquella visita fundamental que nos hizo el Valencia con crespones casi tan negros como los nuestros, y resulta que los simpáticos números del calendario vuelven a poner pronto frente a frente al canario y al fallero, ya que ambos tuvieron tiempo después para capear aquel temporal, pero produciendo ahora este otro del Atlántico hacia el Mediterráneo, capaz de marear al pirata más tuerto y pata de palo de los avezados busca tesoros conocidos, antes de que aparecieran los actuales pokemons que invaden tierra, mar y aire por donde han sido soltadas sus inacabables colonias.

Aquella fue una jornada fundamental y productiva. Algunos pensaron que pudo ser influjo de Don Jesús, que se estrenaba como cabeza presente en el Gran Canaria. Pero más productiva e inesperada es la de Mestalla, donde sin más cabeza que la de Boateng y las botas de Jonathan, el nervioso de los penaltis, y las del repetidor incógnito Livaja han desatado el llanto de una afición rival junto al del locutor que tuvo que variar con su compañera narradora el largo currículum florido para los jugadores valencianistas, dejando alguno de favor para los ganadores del sorprendente pero merecido 2-4.

Quizá en ésta como en mis habituales crónicas de fútbol falte reseñar técnicas preconcebidas porque anticipado no las sé ver ni siquiera que existen. Me gusta más manejar y vivir lances de emoción, humor, alegría o sentimiento porque eso, cuando lo hay, nunca es analítica previa y cuadriculada.

Lo que hay ahora es un efluvio de emociones posteriores congregadas entre una realidad palpable y la devenida de un triunfo grande. La realidad es que el club al que vimos nacer y ayudamos a crecer cumple años desde que se salió del fútbol regional en el que a la sazón se clavó para ganar como equipo recién nacido. Y la devenida es que '¡Oh felices soplos del destino¡' se tenía previsto fuera o no feliz en el marcador de la liga, el guardar fuerzas firmes de su entrenamiento, de sus partidos y afanes deportivos, para ponerlas a merced de su Patrona la Virgen del Pino en Teror cuyo pregón corre este año a cargo de la UD Las Palmas teniendo como intérpretes las voces de cinco de sus jugadores: Raúl Lizoain, Aythami Artiles, Dani Castellano, Roque Mesa y Hernán.

¡Ahí es nada! Nada lo que pueden y cómo decirlo. ¡Ahí es nada! cuando hay tantos que rezan por ganar y ahora llegan, no a pedir sino a dar el botín de lo conseguido. Incomparables momentos para una Unión Deportiva que tantas veces habrá tenido en su mente, aún roma que fuera para ello, una oración auxiliadora.

Yo no sé en definitiva cuál será la profundidad de su pensamiento, acción u oración, lo que sí sé, desde hace un mes, es que ausente aún este 'tsunami' de goles, quizá por ser el último que queda de los que hablábamos o escribíamos viéndole nacer, sería yo, quien, en media docena de minutos debería presentar a la Virgen Patrona, lo que ya sabe de sobra, qué es la UD Las Palmas. Y lo haré el viernes en Teror. ¡Pues no faltaba más!

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