La Provincia - Diario de Las Palmas

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El periscopio

Carmena cambia el nombre a calles franquistas

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena ha decidido cambiar el nombre de muchas calles que tienen alguna connotación franquista y cuyo número se acerca a doscientos. Ya están previstos los cambios inmediatos de una treintena de calles. Delante de mí tengo un listado en el que aparece que la calle Batalla de Belchite se llamará simplemente Belchite. La plaza dedicada a los hermanos Falcó y Álvarez de Toledo se denomina plaza mayor Luis Barea. El paseo General Muñoz Grandes pasa a llamarse paseo Marcelino Camacho, el dirigente sindicalista. La calle General Herrán se llamará en adelante calle de la Cooperación. La plaza del poeta y periodista Juan Pujol se sustituye por el nombre Corpus Barga, otro periodista. La plaza Arriba España es ahora plaza de la Charca Verde. La plaza Caídos de la División Azul lleva el nombre de Mercedes Fórmica, novelista y abogada que denunció la vida insufrible de las mujeres casadas víctimas de la violencia machista. La calle General Asensio Cabanillas llevará el nombre del periodista y ensayista Arturo Barea, que tuvo que exiliarse. Publicó en Inglaterra, en 1951, la novela La forja de un rebelde. La calle General Dávila ostenta ahora el nombre del escritor Max Aub, mediador con Picasso de su cuadro Guernica, tras la guerra civil, en su exilio mexicano. La plaza del Caudillo se llama ahora Plaza Mayor del Pardo y la que llevaba el nombre de Primero de Octubre pasa a llamarse Julián Besteiro, político socialista y diputado por Madrid, al que Franco condenó a prisión. Falleció en la cárcel de sevillana de Carmona en 1940.

La calle Capitán Cortés se llama Manuel Chaves Nogales, periodista que falleció en el exilio. La avenida General Fanjul se denomina avenida de las Águilas. La calle General Millán Astray se llama avenida de la Inteligencia, recordando el grito de este militar, fundador de la Legión Española en 1920, que interrumpió un discurso de Miguel Unamuno en la Universidad de Salamanca, en 1936, con el grito: ¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia!

Se sustituye el nombre de avenida Arco de la Victoria por el de avenida de la Memoria. El pasaje General Sagardía Ramos es ahora el paseo Melchor Rodríguez, militar anarquista que en la guerra civil española salvó muchas vidas. La calle Comandante Zorita recibe el nombre de Aviador Zorita, que hizo notables méritos con su destreza como piloto. La calle General Orgaz tiene ahora el nombre de Fortunata y Jacinta, recordando a los personajes de la novela de Benito Pérez Galdós.

La calle hermanos García Noblejas figura ahora con el nombre de Institución Libre de la Enseñanza y la del abogado franquista Eduardo García Aunós se denomina Teniente Castillo, asesina-do el 12 de julio de 1936, muerte que días después conduciría al asesinato de Calvo Sotelo. A la plaza Aunós se le cambió el nombre por el de plaza de José Castilleja, jurista y pedagogo, exiliado en 1939, después de que el régimen franquista le hubiese desprovisto de su cátedra de Derecho Romano.

El pasaje del General Mola fue bautizado con el nombre de General Baldomero Espartero, vencedor de la primera guerra carlista y regente de España entre 1840 y 1843. La calle General Varela se llamará de ahora en adelante Carlos Morla Lynch, diplomático chileno, que salvó en la guerra civil española a más de 1.000 refugiados en su embajada de Madrid. La calle General Yagüe recupera el nombre de San Germán.

La laza Fernández Ladreda se denomina plaza Elíptica. La calle General Moscardó recibe ahora el nombre de Edgar Neville. La calle General Saliquet se denomina en estos momentos Soledad Cazorla, fiscal del Tribunal Supremo que en 1996 fue la primera que se encargó de los asuntos de violencia de género.

En Canarias también se han realizado cambios y están previstos otros en calles y plazas que ostentaban nombres que tenían que ver con el franquismo. Puede pensarse que allí donde no se cambian es posible que el gobierno municipal todavía simpatice con esas personas o eventos. Algunos de esos cambios de rotulaciones se han hecho ya en las capitales de las dos provincias y en la mayor parte de los ayuntamientos isleños. En Las Palmas, por ejemplo, se prevé el cambio de nombres y ya se han realizado, de las calles Jesús Ferrer Jimeno, Dr. García Castrillo, Mas de Gaminde, Batalla de Balaguer, Batalla de Brunete, Batalla de Teruel, José Calvo Sotelo, Alférez Provisional, Mario César, Juan Sarazá Ortiz, María Paz Sáenz Tejera y general Martínez Anido. A Eduardo Suárez Morales, fusilado en agosto de 1936, se le asignará el nombre de una plaza de Las Palmas de Gran Canaria.

En Santa Cruz de Tenerife también se han realizado cambios en la nomenclatura. Así la rambla del General Franco se llama rambla de Santa Cruz; la avenida José Antonio es la avenida Marítima; la avenida General Mola se llama Islas Canarias: General Moscardó es ahora la calle del Amor; General Goded es la calle del Perdón; la de General Fanjul es la calle Olvido; la de Sanjurjo es Los Sueños, la de García Morato es la calle Tolerancia. Así es la historia. Mandan los republicanos, y se ponen nombres acordes con sus ideas y simpatías. Gobierna un dictador "patriota" y se colocan nombres afines a su pensamiento. Si entra un gobierno fundamentalista y religioso, las calles y plazas serán para sus santos y beatos. Luego viene un cambio de signo y hale, ¡a borrarlo todo!

(*) En Canarias se han realizado ya algunos cambios y se prevén muchos más

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