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Fiestas del Pino Texto íntegro del pregón de la UD Las Palmas

El Pino y la UD, una historia de pasiones

Texto leído ayer por los cinco futbolistas de la UD Las Palmas que representaron a la entidad en la lectura del pregón del Pino:

Señor alcalde de Teror, concejales de la Corporación Municipal, señor párroco, autoridades civiles y militares, Presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, consejeros y directivos de la entidad, jugadores, cuerpo técnico, señoras y señores, vecinos y vecinas de la villa Mariana, muy buenas noches a todos.

Nuestras primeras palabras queremos que sean de agradecimiento al Ayuntamiento por haber elegido a la Unión Deportiva Las Palmas como pregonera de la Fiesta del Pino, la más importante de nuestra isla, la fiesta de la patrona de Gran Canaria que cada año convoca a miles de fieles, romeros, seguidores y turistas en este emblemático y querido pueblo de nuestra geografía insular. Gracias por permitirnos pasar a formar parte de la historia e incorporarnos a la ilustre nómina de pregoneros que durante décadas han puesto la voz en el arranque de la Fiesta. Para todos y cada uno de nosotros es un inmenso honor. Un honor que asumimos con orgullo y una enorme responsabilidad, conocedores además de que estamos ante un formato inédito, al ser un colectivo el elegido para pregonar y varias las personas que subirán para dar lectura a un texto escrito con cariño, respeto y, por qué no decirlo, muchos nervios. Porque coincidirán con nosotros en que no estamos los jugadores acostumbrados a estas lides. Lo nuestro es el fútbol, las paradas, los remates, los pases, los goles? Aunque les puedo asegurar que mis compañeros Aythami Artiles, Hernán Santana, Roque Mesa, Dani Castellano y quien les habla pondremos esta noche lo mejor de nosotros para disimular nuestra inexperiencia como oradores y, les confieso, nuestro miedo escénico al subir a este escenario que impresiona más que un estadio repleto hasta la bandera.

Porque sólo hay que fijarse a nuestro alrededor para darse cuenta de que saltamos hoy a un campo muy especial. Cierto es que jugamos en casa, pero no como anfitriones sino como invitados en un día en el que confluyen sentimientos, emociones, creencias, tradiciones y costumbres que hacen de ésta una noche singular, esperada con ilusión cada año por la isla de Gran Canaria en su conjunto. Aún en nuestra condición de visitante, nos sentimos ante nuestro público, nuestra afición, pequeños y grandes, hombres y mujeres.

Todos ustedes, en definitiva, espectadores hoy de un partido que no jugamos contra nadie, que no dura 90 minutos, se los aseguro, y en el que sustituimos la pelota por la palabra, el instrumento más poderoso con el que cuenta el ser humano, para contarles lo que significa pertenecer a la Unión Deportiva Las Palmas, lo que representa vestir unos colores y defender un escudo con el que han vibrado, sufrido, reído, llorado y crecido varias generaciones de grancanarios.

Ante la Patrona de la Diócesis de Canarias, en la fachada de esta querida Basílica del Pino, comparecemos un grupo de hombres que, lejos de pretender ser modelo ni ejemplo para nadie, sí se empeña en hacer su trabajo de manera honesta, incidiendo para dicha tarea en una serie de valores y señas de identidad que han forjado la historia de nuestro club, ni mejor ni peor que ninguna, pero a la que estamos obligados a responder con seriedad, trabajo, lealtad, rigor y disciplina, para garantizar el adecuado paso del testigo a aquellos que vendrán detrás de los que hoy tenemos la fortuna de lucir la camiseta amarilla.

Señoras y señores, como jugadores de fútbol no es nuestra misión esta noche impartir aquí una clase de historia ni acercarles académicamente a una figura, la de la Virgen del Pino, ni a unas Fiestas, las que llevan su nombre. Eso ya lo han hecho, y con nota, los que nos han precedido durante décadas en el alto honor de pregonar el inicio de lo que hoy aquí nos convoca. Pero sí nos van a permitir que les traslademos, ante los atentos ojos de Nuestra Señora, el día a día de un vestuario, de una plantilla que se afana por superarse, por ser mejor, que entrena duro, que sacrifica años de juventud, horas de familia, y que conoce a la perfección lo que significa el nombre, la tradición y la afición de la Unión Deportiva Las Palmas. Si nos lo permiten, esta es nuestra historia y con ustedes la queremos compartir.

"Ninguno de nosotros es mejor que todos juntos", reza la leyenda que cuelga en la última pared que vemos en el túnel de vestuarios antes de saltar al terreno de juego en cada partido. Frase que condensa el espíritu que reina en el quehacer de un equipo que se precia de serlo. Porque el grupo es lo que nos da fuerzas, un grupo, cierto es, que se nutre del trabajo generoso de cada uno de nosotros pero enmarcado siempre en el contexto de una labor de conjunto, tal y como lo fue también a lo largo de los tiempos la construcción de esta Basílica del Pino. Sólo el esfuerzo armonioso y coordinado de una larga lista de retablistas, escultores, mamposteros, plateros, labrantes, albañiles, carpinteros, herreros, organistas o pintores bajo la acertada batuta de proyectistas o arquitectos hizo posible lo que hoy vemos, una obra maestra que luce esplendorosa gracias a la suma de talentos que nunca perdieron de vista que aportaban su granito de arena para un bien mayor, que les superaba a cada uno de ellos pero que, al mismo tiempo, crecía con cada uno de ellos.

Se trata de una filosofía que rechaza la soberbia, que apuesta por la humildad, que no deja hueco al egoísmo, que busca el inconformismo sólo como camino de mejora, que no casa con la resignación y que acoge como acicate unas pequeñas dosis de rebeldía por querer hacerlo cada día mejor? atisbos de rebeldía perfectamente compatibles con la disciplina y el respeto por la jerarquía y la cadena de mandos. Sólo la aceptación de las reglas nos permite avanzar en el camino correcto, sin atajos que conducen al abismo o a un espejismo en medio de la nada. Y claro que el sendero descrito no es fácil de transitar. Les aseguro que no somos santos, y nunca mejor dicho en este entorno. Y no miro para ninguno de nosotros. Permítannos la broma. Precisamente es ahí, en esos momentos de ego subido, de una palabra más alta que la otra, cuando el grupo surge para arropar, cuando la voz atemperada de los veteranos te aconseja con buen criterio y cuando el espejo te devuelve el mensaje de que todos podemos hacerlo, de que todos somos capaces. Para tener los pies en la tierra, nosotros hemos podido contar estos últimos años con la sabiduría de Juan Carlos Valerón, que lo ha hecho todo mucho más fácil y que se ha encargado, en más de una ocasión, y de veinte, de hacer que las aguas vuelvan a su cauce. Gracias Flaco y no te alejes mucho de nosotros.

Fiestas como las que hoy empiezan constituyen una espléndida oportunidad para ensalzar lo nuestro, lo de la tierra? Qué más grancanario que las Fiestas del Pino, su romería, su procesión, Teror mismo, su feria de ganado, los turrones, los chorizos, los donuts, la fuente agria, el Agua de Teror. Nos hace grandes apostar por lo genuino, por lo que nos es propio. Eso mismo venimos haciéndolo en la Unión Deportiva desde hace años y con buenos resultados. Si por algo se ha caracterizado el equipo en gran parte de su historia es por haber puesto toda la carne en el asador de la cantera y hoy, todo este tiempo después, seguimos haciéndolo. Sin ombliguismo, ni rancio insularismo, más al contrario, con la puerta siempre abierta a lo que viene de fuera a enriquecernos y a sumar. Miren a nuestra lista de jugadores, y técnicos, y entenderán perfectamente a lo que nos referimos. Es otra seña de nuestra identidad: apostar por lo de aquí tendiendo una mano a lo de allá.

Se trata de un mestizaje que ha gustado siempre a nuestra afición. Nuestra bendita afición. Qué seríamos sin la afición de la Unión Deportiva Las Palmas. A ella nos debemos y con gusto lo hacemos. Si desde esta noche y hasta pasadas las Marías, serán miles los que se acerquen cada día hasta la villa mariana por distintas razones, promesas, fe, diversión, también nosotros tenemos la fortuna de recibir en nuestro estadio a esos miles de aficionados que jornada a jornada, año tras año, en días de gloria pero también en partidos para olvidar, no dejan de animar y jalear al equipo para que no desfallezcamos y sepamos, siempre, que hay una grada dispuesta a dejarse hasta el último aliento para lanzar un grito de apoyo, para esbozar una sonrisa cómplice y para ondear la bandera del equipo con fuerza hasta el final. Y como hemos vuelto a ver en la pretemporada, y veremos a lo largo de toda la liga, esa cercanía no acaba en el Estadio de Gran Canaria sino que viaja con el equipo allá donde toque jugar. Donde juega la Unión Deportiva allí se canta el "pío pío" y lo cantan los nuestros. Gracias afición.

Tenemos claro nuestro compromiso con la sociedad grancanaria. Por eso participamos con sumo placer en actos tan representativos como el de esta noche, y lo hacemos no sólo por la trascendencia del mismo sino por acercarnos más a la gente, a los jóvenes, a los niños, a las familias, a los que más lo necesitan, a los desfavorecidos y por constituir este pregón el pitido inicial de un partido, si se me permite la comparación, muy especial para todos los que vivimos en esta maravillosa isla de Gran Canaria: la Fiesta del Pino. Porque somos conscientes, como lo es la Virgen, de que de nada sirve sentirse intocable, alejado en lo alto del pedestal, si no puedes compartir momentos especiales con los demás. Porque sabemos que ser jugador de la Unión Deportiva Las Palmas trasciende del campo de juego, estamos obligados a provocar una sonrisa a quien lo precisa, a visitar enfermos para animarles en su lucha, a recibir en los entrenamientos a colectivos, colegios, institutos o a ONG a las que con sumo gusto prestamos nuestra ayuda para hacer más llevadera su misión.

Sabemos que muchos niños quieren ser como nosotros, que nos imitan, que se peinan como alguno de nosotros, que lucen nuestros dorsales en sus camisetas como un tesoro, que buscan nuestra autógrafo, una foto con su ídolo, la firma en un póster, en una gorra o en una bufanda? Todo eso, les confesamos, nos hace sentir una mayor responsabilidad porque sabemos que, sin pretenderlo, podemos decepcionar, desilusionar o defraudar. Y eso nos obliga a ser mejores dentro y fuera del campo, y créannos que lo intentamos porque nosotros también somos padres, somos esposos, somos hermanos y somos hijos.

No queremos ser héroes, ni buscamos ser héroes. Queremos, eso sí, hacer las cosas bien. Acudimos cada día como cualquier otro a su lugar de trabajo, tenemos la suerte de dedicarnos a lo que nos gusta y a ello nos empleamos a fondo, entrenando duro, cuidando la alimentación, jugando a tope, viajando, atendiendo los compromisos sociales o culturales del club, asistiendo a los eventos organizados por los patrocinadores del equipo? Y al cumplir con todo lo citado es cuando nos damos cuenta de que en esta aventura diaria no estamos ni mucho menos solos.

Es cierto que toda la atención se dirige hacia nosotros o los entrenadores pero hay más, mucho más, médicos, fisios, preparador físico, utilleros, personal de administración, prensa, marketing, producción, directivos, consejo, fundación? Todos y cada uno configuran la gran familia de un gran club como es la Unión Deportiva Las Palmas.

Como en el teatro, entre bambalinas son muchos los que se esfuerzan para que el espectáculo que salta al escenario consiga el éxito deseado. Como sucede aquí en Teror, en estas maravillosas Fiestas que están a punto de comenzar, y que mueven a cientos de personas, muchísimas de ellas voluntarias, para que nada falle, para que todo encaje.

Y como sucede en este mismo acto, con todo el personal anónimo, en la sombra, que trabaja duro, en silencio para que ustedes, los que abarrotan esta emblemática plaza, disfruten con la solemnidad y la sencillez que precisa lo que hoy nos ha llamado a acudir a la villa mariana. A todos, gracias de corazón porque sin ustedes esto no sería posible.

Señoras y señores, amigas y amigos, las historias de las Fiestas del Pino y de la Unión Deportiva Las Palmas van de la mano. Fue en el año 1948 cuando el periodista y poeta don Ignacio Quintana Marrero pronunció el primer pregón. Tan sólo un año después, el 22 de agosto de 1949, veía la luz el equipo amarillo en aquella reunión histórica celebrada en el Real Club Náutico de Gran Canaria. Ahora, 67 años después de nuestra fundación, que celebramos el pasado lunes en Valencia, nos honramos en ser los primeros deportistas pregoneros del Pino. Y en esa sucesión de fechas que unen para siempre nuestras biografías, la Romería en honor a Nuestra Señora inició su andadura en el año 1952. Por lo que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la expresión popular de la pasión por la Virgen del Pino y por la Unión Deportiva Las Palmas, salvando todas las distancias, han caminado de la mano a lo largo de varias décadas y generaciones. De ese pasado común nace la sana costumbre que tenemos en el club de acudir a Teror al inicio de cada temporada, como hicimos la pasada semana, para realizar la ofrenda ante la imagen de la Patrona, y pedirle que nos ayude en nuestra andadura, para que nos ilumine en los momentos difíciles, para que nos respeten las lesiones, para que obtengamos, año tras año, los mejores resultados. Y es que por pedir que no quede.

Durante estas últimas semanas, cuando hablábamos entre nosotros de este pregón, de la Virgen y de Teror, hemos recordado muchas vivencias personales, muchas experiencias y anécdotas vinculadas a estas fiestas, momentos que hemos tenido la fortuna de disfrutar desde pequeños en muchos de nuestros casos. Yo mismo he echado la vista atrás para revivir las veces que visité Teror siendo niño y hoy, quién me lo iba a decir, estoy aquí participando en la lectura del pregón.

Y en esa puesta en común a la que me refería, hemos comentado las muchas similitudes que existen, una vez más, entre ambas realidades, la que representan la Virgen y la Fiesta que lleva su nombre y la Unión Deportiva Las Palmas. ¿Y por qué lo decimos? Porque al igual que sucede cada año con las familias o los amigos que se preparan a conciencia para venir juntos a Teror, para subir caminando, en guagua o en coche, hasta esta Basílica desde todos los pueblos de Gran Canaria, lo mismo ocurre con los que en cada jornada de Liga se acercan al Estadio, en una especie de peregrinaje, para ver jugar al equipo.

Los padres que van con sus hijos, los abuelos con sus nietos, el grupo de amigos, los turistas que se acercan por vez primera al campo, los compañeros de trabajo que quedan para pasar un buen rato? Son ellos la expresión de una costumbre arraigada en lo más profundo de las tradiciones de esta isla.

Todos se acercan para vivir una ilusión, para disfrutar y también para sufrir con el equipo de su vida, para vibrar con unos colores, para compartir con miles de personas la pasión por el fútbol, para vivir momentos de orgullo, para pasar una tarde agradable que permita evadirse de los problemas, del día a día que no siempre ofrece la alegría es-perada.

Y cierto es que en esta comparación, la Virgen del Pino, cuya imagen nos acompaña en el vestuario, sale siempre ganando, porque nunca falla, siempre está, atenta a los que le ruegan, echando una mano a los que acuden buscando soluciones o a los miles que se postran ante ella para simplemente darle las gracias.

Y digo que la Virgen siempre sale victoriosa porque nosotros no somos infalibles, no siempre nos llevamos los tres puntos en los partidos, fallamos o no estamos acertados como a cualquiera le puede suceder en su trabajo, pero aún así, en las derrotas, en los momentos de abatimiento, de fracaso deportivo, siempre, siempre, sentimos el aliento de la afición, de esa grada que nunca se rinde y que jamás nos abandona.

A esa afición y a toda la isla de Gran Canaria, a los de las otras islas, a los turistas que eligen estos días nuestra tierra como destino de sus vacaciones, desde aquí les invitamos a venir a Teror, a este histórico lugar, a esta emblemática villa mariana, a disfrutar de las fiestas de nuestra patrona. Les aseguramos que no se van a arrepentir.

Nosotros, por nuestra parte, seguiremos intentando hacer honor a la historia de la Unión Deportiva, una historia de entrega, labor de equipo, apuesta por la cantera, compromiso social y ejemplar afición. Y en ese propósito siempre sentimos cerca la presencia de Nuestra Señora. ¡Viva la Virgen del Pino! ¡Vivan las Fiestas del Pino 2016! Muchas gracias y buenas noches.

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