Si uno se pasea tranquilamente por cualquier lugar y tiene el hábito de observar lo que ocurre a su alrededor, podrá darse cuenta de lo movilizada que está la gente. Desde que se descubrió el móvil, o celular como le llaman en la América latina, puede verse a legiones de hombres, mujeres y niños, entretenidos todo el día con él, echándole más cuenta a su aparatito que a sus familiares y amigos. No exagero.
Da igual el lugar donde se encuentre uno. Lo usa algún que otro componente de una tertulia, televisiva o radiofónica (cosa que está muy fea). Se utiliza en las guaguas, en las calles, en las plazas y hasta en las aulas de los colegios e institutos, a no ser que los profesores se pongan serios y los prohíban. Este "artefacto" está produciendo serios problemas en la convivencia ciudadana y en las familias. Como, por lo visto, no podemos vivir sin él, es rara la familia en la que alguno de sus miembros no lo tenga. Incluso he visto a niños pequeños chupando móvil, en vez de tener en su boca la chupa o el biberón.
Donde único no se ve, todavía, es en las iglesias. Imagínense que el sacerdote se encuentra en pleno sermón o explicando el evangelio y, de pronto, le suena su móvil y tenga que interrumpir su cháchara para responder la llamada, o decirle al interlocutor: "Bartolo, espera a que termine la misa que te después te llamo". Sin embargo, a más de un cura le ha sonado el teléfono en pleno oficio porque no ha tenido la precaución de ponerlo en "silencio" y no digamos ya lo que ocurre con sus feligreses? Se ha dado más de un caso en el que el móvil de algún difunto ha sonado mientras se encontraba en el tanatorio, debido al olvido de los familiares de quitarlo de sus ropas, ocasionando un tremendo susto a los que velaban el cadáver.
Estudios de la Universidad canadiense de Mc-Master, de Hamilton, indican que la pérdida del móvil "puede crear una fuerte sensación de angustia, miedo y estrés relacionado, principalmente, con no poder acceder a los datos personales del aparato". Otros trastornos son el "cibermareo", el "síndrome de la vibración fantasma", fobias y adicciones. También aseguran que puede modificar el cerebro humano e incluso, llegar a dañarlo, o generar el llamado "síndrome del túnel carpiano". La sicóloga de la Universidad de La Sabana, en Colombia, Ana María Cardona, señala que entre las soluciones a la adicción de niños y adolescentes al móvil se encuentran el declarar como libres de ellos "momentos y espacios definidos", como podrían ser cenas y otros acontecimientos. Todo esto nos indica que no se debe abusar de celular y solamente hacer un uso moderado y cuando es necesario, y no hacerlo "por vicio".
Entre los efectos negativos que produce el abuso del celular, según los expertos, aparece que afecta al sueño al impedir la producción de melatonina; aumenta el nivel de estrés, de las radiaciones y ondas magnéticas, que son absorbidas por el cerebro; incrementa el riesgo de enfermedad en el sistema inmune; crea problemas de visión al leer mensajes, imágenes, etc. en una pantalla tan pequeñita?
Los menores de 18 años que abusan de móviles están cada vez más expuestos a los efectos que crea el vivir con el móvil pegado al oído. Se produce depresión cuando el usuario no recibe comunicación continua durante el día. En un artículo que aparece en El Periódico, diario de Aragón, se indica que el 25 por ciento de los jóvenes españoles reconocen tener síntomas de adicción al móvil, aunque no lo consideran dependencia, y por eso no solicitan ayuda sicológica. Hay gente que se lleva el móvil al baño, otros no lo apagan durante la noche y duermen con él al lado? En fin, hay amores que matan.
