En estos tiempos en que parecen repuntar algunos nacionalismos, me viene a la memoria la conocida anécdota de un encargo de la división de medio ambiente y recursos naturales de la ONU. Se trataba de analizar la crítica situación de los elefantes, para lo que se encomendó redactar un detallado estudio a unos grupos de Franceses, Americanos, Ingleses, Alemanes y Noruegos.
Los Franceses contestaron con un delicado informe sobre "La vida amorosa de los elefantitos tonkineses".
Los Americanos aportaron un abultado tratado sobre "Como criar mejores y más grandes elefantes".
Los Ingleses enviaron un extenso manual sobre "La cacería del elefante"
Los Alemanes presentaron un adelanto sobre sus trabajos: "Introducción al tratado del estudio del elefante" en tres gruesos tomos.
Finalmente los Noruegos remitieron un sesudo estudio que llevaba por título: "Noruega y nosotros los Noruegos".
Lo bueno de este chiste/multiuso es que puede acomodarse, cambiando la última línea, a cualquier nacionalismo regionalista que se les pueda ocurrir.
¡Que no caiga pues en saco roto!
Últimamente estoy hecho un lío con el café.
Hace unos días en un viaje a París me apetecía un café con leche, por lo que en una terraza encargué con el aplomo del que tiene sólidos rudimentos de francés, que "S'il vous plaît" me pusieran un "Café au lait". Me lo sirvieron sí, pero no sin antes enmendarme la plana, pues el término correcto actual parece ser el de "Café crème".
Como no hace mucho en un viaje a Londres me encontré con que todos los brebajes a base de café figuraban en italiano: "Latte", "Macchiato", "Cappuccino", etc, me consolé con que al llegar a España iba a poder encargar por fin y sin ambigüedades un café café a la medida exacta de mis deseos. (Un cortadito largo, medio con leche o qué sé yo...).
Pero hete aquí que ya de regreso, el otro día, al asomarme a la barra de un chiringuito en compañía de mi hija, va ésta y se me adelanta, pidiendo "Por favor un leche y leche, pero con más leche que leche". ¿Quieren creer que el camarero, sin arquear una ceja, le sirvió lo que ella quería? Creo recordar que venía a ser un café cortado con leche natural sobre un fondito de leche condensada, pero con más leche condensada que leche natural... ¡Pícamelo menudo...!
Observando una obra viaria acordonada, con largas colas de vehículos taponando los accesos a la misma, he visto confirmada mi conclusión de que los conos de plástico color naranja constituyen hoy día auténticas armas de congestión masiva.
La desmedida irrupción de los llamados drones en casi todos los ámbitos de la vida ha acabado por convertir a estos artilugios en una especie de infantería del aire.
